DATOS GENERALES
Origen
En 1853 se introdujo la primera sustancia introducida específicamente como sedante y poco después como hipnótico: el bromuro. Sin embargo, hasta 1900 el sedante hipnótico más utilizado fue el hidrato de cloral. Ello cambiaría cuando empezaron a comercializarse los primeros barbitúricos: barbifonal (1903), y el fenobarbital (1912). Aunque la primera molécula barbitúrica derivada de la urea se había sintetizado en 1863, el barbital, se descubrió en 1888 y comenzó a utilizarse clínicamente en 1903 bajo el nombre de Veronal®. Su inusitado éxito propició la síntesis de más de 2000 derivados, 50 de los cuales fueron aprobados para su empleo clínico, aunque la mayoría han caído en desuso.
En 1955 el doctor Berger reportó que la mefemesina tenía efectos tranquilizantes además de sus ya conocidos efectos como relajante muscular. A raíz de ello se introdujo el meprobamato, un fármaco con efectos más prolongados y con mayor margen de seguridad, cuyo uso médico se aprobó en 1957. Durante la misma época un químico polaco llamado L. Stenbach estudiaba las propiedades farmacológicas de las benzodiacepinas y pudo demostrar que una de ellas, el clorodiazepóxido presentaba efectos sedantes más pronunciados que los del meprobamato. Durante los siguientes años llegaron a sintetizarse cerca de 3000 benzodiacepinas, de las cuales se aprobaron alrededor de 120 y más de 30 continúan usándose en la actualidad. A este grupo de drogas también se les llama ansiolíticos debido a su capacidad para reducir la ansiedad.
QUÍMICA
Identificación
Generalmente extraídos del aceite pesado con costos de manufactura bajos, los hipnóticos sedantes se comercializan en cápsulas, tabletas, píldoras, pastillas o grageas. Imagen escaneada
Composición
Los hipnóticos sedantes constituyen un grupo heterogéneo de fármacos que difieren en su estructura y sin embargo, tienen efectos muy similares.
Entre ellos se encuentran la glutetimida (Doriden®), la metacualona (Qualude®, Man-drax®, Revonal®), el hidrato de cloral (Noctec®), el meprobamato (Apascil®, Perquietil®), y los grandes grupos de benzodiacepinas y barbitúricos que difieren por el tiempo que tardan en comenzar sus efectos y por su duración.
En el caso de las benzodiacepinas, hay de acción corta (menos de 5 hrs.) como el triazolam (Halcion®) y de acción prolongada (5 a 24 hrs.) como el bromacepam (Lexotán®), alprazolam (Tafil®), flunitracepam (Rohypnol®), el
clorodiacepóxido (Librax®, Librium®, Decacil®), loracepam (Ativán®), y diacepam (Alboral®, Valium®, Relazepam®, Ortopsique®). Entre los barbitúricos también hay de acción corta como el secobarbital (Seconal®); de acción media como el amobarbital (Tuinal®, Amital®); y de acción larga como el fenobarbital (Franol®, Nablan®, Comital®, Bellergal®).
Formas de adulteración
Al ser productos expendidos en farmacias no se encuentran adulterados, por el contrario, suelen utilizarse como adulterantes para otras drogas.
FARMACOLOGÍA
Mecanismo de acción y formas de empleo
Los sedantes hipnóticos se administran por vía oral o intravenosa. Deprimen el SNC de manera no selectiva (a excepción de las benzodiacepinas que deprimen básicamente el sistema límbico) y dependiendo de la dosis, producen diferentes efectos. Dosis bajas disminuyen la intranquilidad, la tensión emocional y la ansiedad sin mermar ostensiblemente la percepción sensorial y el estado de alerta; dosis medias provocan calma o somnolencia (sedación); dosis altas, sueño (hipnosis farmacológica); y dosis mayores, inconsciencia, anestesia quirúrgica, coma y depresión fatal en las funciones respiratoria y cardiaca.
Usos terapéuticos
La metacualona y las benzodiacepinas se emplean en el tratamiento de neurosis, sobre todo en casos de ansiedad, tensión emocional, histeria, reacciones obsesivas, estados depresivos con tensión, trastornos emocionales, síndromes de abstinencia producidos por alcohol y barbitúricos y en el control de algunas formas de epilepsia. Los barbitúricos de acción ultracorta se utilizan en anestesia, los de acción corta y media se usan como somníferos, mientras que los de acción larga se utilizan en tratamientos contra la epilepsia. Otras drogas empleadas para producir sueño que suelen administrarse a pacientes que no toleran las benzodiacepinas o los barbitúricos son el hidrato de cloral y el meprobamato.
Dosificación
La dosificación depende de las características particulares del ansiolítico o sedante hipnótico. El hidrato de cloral (Noctec®), por ejemplo, permite administrar dosis bajas que van de 300 a 500 mg; dosis medias de 600 a 700 mg; y dosis altas de 800 mg a 1 g. Dosis letales pueden calcularse por arriba de los 2 gramos en personas sin tolerancia. La metacualona (Qualude®, Mandrax® o Revonal®, el conocido "rebote"), se administra como sedante en dosis de 50 a 100 mg y como hipnótico de 100 a 800 miligramos; las dosis altas sobrepasan 1 g y las letales 2 gramos y medio sin tolerancia. En el caso de los barbitúricos como el nembutal sódico (Nembutal®, "amarillas"), el amobarbital (Amital®, "azules") y el secobarbital (Seconal®, las "rojas"), las cantidades varían dependiendo del compuesto. Para el secobarbital, por ejemplo, las dosis bajas van de 50 a 100 mg; las medias de 150 a 200 mg; las altas de 250 a 300 mg; y las letales sobrepasan el gramo sin tolerancia. En el caso específico de una de las benzodiacepinas más conocidas y utilizadas como es el diacepam (Valium®), las dosis bajas van de 5 a 10 mg; las medias de 15 a 25 mg; y las altas de 30 a 40 mg. Sobrepasar esta última cantidad puede ser fatal en sujetos sin tolerancia. Otra benzodiacepina conocida es el flunitrazepam (Rohypnol®, las famosas "reinas"), cuyas dosis bajas se calculan entre 0.5 y 2 mg; medias entre 2 y 4 mg; altas entre 4 y 8 mg; y letales sobrepasando esta cantidad sin tolerancia.
Efectos psicológicos y fisiológicos
Los efectos sedantes de estos psicofármacos inician con un ligero trastorno de la atención y la capacidad de concentración. Disminuyen la ansiedad y la depresión al tiempo que desinhiben. Conforme avanza el estado sedante, el individuo se vuelve menos capaz de realizar actividades mentales o motoras; los movimientos se hacen cada vez más torpes y se vuelve difícil caminar o mantenerse en pie ya que la velocidad de reacción y la coordinación muscular se afectan de modo progresivo debido al deterioro de la conciencia de vigilia. Pueden producir distintos grados de amnesia al bloquear la transferencia de información desde la memoria inmediata a la de largo plazo. Según Escohotado, los sedantes hipnóticos amortiguan la actividad psíquica, creando una analgesia de tipo intelectual llamada ataraxia o «tranquilidad moral», al disminuir el ritmo de reacción e ideación. Según Brailowski:
Todos estos agentes pueden producir un estado de excitación transitoria por depresión de sistemas inhibitorios. En otras palabras, deshiniben... Las características de esta excitación dependerán de la dosis, la personalidad del sujeto y el entorno... El sueño producido por los barbitúricos es cualitativamente similar al producido por las benzodiacepinas: acortamiento de la latencia para iniciar el sueño, aumento en su duración (para los agentes de acción intermedia o larga...), disminución de la fase de movimientos oculares rápidos (MOR) y "rebote" al suspender su administración. También puede presentarse una sensación de "cruda" o resaca al día siguiente, con lentificación de los reflejos y somnolencia. (1)
Las benzodiacepinas, aunque son menos tóxicas que los barbitúricos, provocan desinhibición, ataraxia, disartria y errores en el rendimiento. Todos los sedantes hipnóticos producen efectos clínicos acumulativos (con la repetición de la dosis), sinergismo aditivo o supraditivo (cuando se administran con otra clase de sedantes o alcohol) y residuales (después de la terminación del tratamiento). A largo plazo lesionan las funciones sexuales. Además, los barbitúricos son fármacos muy duros para el hígado y el riñón, lesionan el cerebelo, producen erupciones cutáneas, dolores articulares, neuralgias, caídas de tensión, estreñimiento y tendencia al colapso cardiaco. Es importante destacar que no se debe conducir o manejar maquinaria bajo los efectos de este tipo de fármacos.
Potencial de dependencia
Los sedantes hipnóticos tienen un alto potencial de tolerancia y adictividad tanto física como psíquica. A los pocos meses de administraciones altas de benzodiacepinas, el síndrome de abstinencia se manifiesta en deformaciones perceptuales, desmayos e hiperreactividad a estímulos externos con convulsiones hasta el decimosegundo día de la supresión. En el caso de los barbitúricos, los síndromes de abstinencia son más graves, de hecho son semejantes en morbilidad y mortalidad a la abstinencia de alcohol en dipsómanos. La suspensión súbita de barbitúricos puede producir ataques epilépticos graves e incluso mortales, aunque como se desasimilan de modo lento, la reacción de retirada puede producirse una o dos semanas después de la interrupción. La aparición de la tolerancia no hace retroceder los límites de las dosis letales y al ir en aumento las tomas va reduciéndose el margen de seguridad para el usuario. Para que se desencadene el síndrome abstinencial bastan cuatro semanas de usar a diario dosis altas y seis con dosis medias. Entre sus síntomas se encuentran: inquietud, nerviosismo constante, temblores, debilidad, náuseas y vómito. Estos síntomas son progresivos y llegan a ser más graves que los producidos por opiáceos, suscitando un cuadro de delirium tremens con crisis epilépticas cuyo desenlace es muchas veces mortal.
¿Qué hacer en caso de emergencia?
Las dosis excesivas de cualquier sedante hipnótico deben considerarse como la más grave urgencia médica ya que se caracterizan por depresión respiratoria, hipotensión grave, disminución de la actividad gastrointestinal, estupor, síndrome de choque, coma y muerte. En el caso de los barbitúricos, la suspensión repentina de altas dosis es directamente mortal, la dosificación debe reducirse en forma gradual o debe ser substituirla con otro medicamento. Con dosis excesivas de benzodiacepinas puede ocurrir la sedación exagerada con sueño seguido por coma y muerte, por lo que resulta necesario administrar inmediatamente un antagonista como el flumazenil (Lanexat®).
HECHOS INTERSANTES
Régimen legal actual
Los sedantes hipnóticos pertenecen a las Listas III y IV por lo que algunos se venden con receta médica y otros sin ella.
En el caso de la legislación mexicana en materia de drogas, de acuerdo a las Tablas de penas previstas en el artículo 195 BIS del Código Penal para el Distrito Federal en Materia Común y para toda la República en Materia Federal, portar menos de 150 mg de DIACEPAM, 2.5 g de METACUALONA, 2 g de SECOBARBITAL se considera como consumo personal y no se aplica ninguna sanción según el Artículo 199 del Código Penal para del mismo código. Una cantidad mayor se considera como tráfico y sí está sujeta a penalización, dependiendo de la cantidad. (Consultar las tablas) La dosis media consignada en Las drogas tal cual son como consumo personal de Diacepam es de 15 a 20 mg, la de Metacualona es de 100 a 800 mg y la de Secobarbital es de 150 a 200 mg.
El reparto de la producción de sedantes en el mundo industrializado
Cuando entró en vigor el Convenio de 1971 que prohibió el libre comercio de varias substancias aún no sujetas a fiscalización alguna, el mundo aún estaba dividido entre dos bloques y la firma del soviético se vio recompensada con el derecho a producir una parte bastante considerable de los fármacos incluidos en las listas II, III y IV. Por ejemplo: la República Democrática Alemana quedó encargada de elaborar el 80% de las "necesidades lícitas" de anfetamina en el mundo; Hungría prácticamente monopolizó los sedantes hipnóticos no barbitúricos (en 1977 producía 60 toneladas de metacualona); y la URSS, con alguna colaboración de Polonia, Checoslovaquia y Hungría, pasó a ser el mayor productor y exportador de barbitúricos (amobarbital, ciclobarbital, pentobarbital, femobarbital y barbital), acercándose en el mismo año a las mil toneladas que en poder narcótico, potencial adictivo, toxicidad y lucro equivalían a diez millones de kilos de opio persa o turco. La producción y exportación de las otras drogas comprendidas en tales listas, pero sobre todo, la de las que no quedaron incluidas en el Convenio, correspondió a los países del bloque capitalista. (7)
Pastillas para suicidas consumados o frustrados
Aldous Huxley comparó a los sedantes hipnóticos con el "soma" de su novela Un mundo feliz por considerar que «acomodan al usuario en una adormilada indiferencia hacia lo interior y lo exterior, amortiguando la intensidad psíquica sin impulsar ninguna otra dimensión de conciencia»; para él constituyen el arquetipo perfecto de las drogas evasivas: "la analgesia emocional del opio se torna en ellos analgesia mental, libre de ensoñaciones y reflexividad." (8) Durante los años cincuenta se calcula que tres cuartas partes de los adictos en el mundo usaban barbitúricos y sirvieron a cinco sextas partes de los suicidas consumados o frustrados.
El uso recreativo de hipnóticos barbitúricos
A finales de los años setenta estas drogas cobraron gran popularidad en el mercado estadounidense. El ácido prácticamente había desaparecido y las anfetaminas estaban matando a muchos usuarios, cuando los barbitúricos se impusieron, principalmente entre universitarios. Un poco después se puso de moda la metacualona (Lemmon-714®, Qualude®, etc.).
Según cuenta Robert Sabbag en su popular libro Ciego de nieve:
Dos cosas que hacen que la metacualona sea tan popular son el que es más fácil de adquirir que los barbitúricos y que te tumba sin liquidarte. Va directamente al sistema nervioso central y te vuelve gelatina: te notas suelto en unos veinte minutos. No se sabe (por supuesto) cual es su acción concreta, pero la metacualona actúa, al parecer sobre un sector distinto del sistema nervicoso central que los barbitúricos. La sensibilidad táctil que provoca hace la relación amorosa preferible al beisból durante sus buenas ocho horas (esto es lo que entienden los periódicos por afrodisiaco), pero después de la primera hora nada es preferible a dormir… (15)
El escandaloso consumo mundial de benzodiacepinas
En 1984 la Comisión de Estupefacientes de la ONU se reunió para dictaminar sobre las benzodiacepinas y sus afines. La producción y el consumo mundial del diazepam (Valium®) y otras 33 benzodiacepinas mostraba entonces las cifras más elevadas que hubiese alcanzado jamás droga alguna, ya que se vendían bajo más de ochocientas denominaciones; su volumen de fabricación anual se calculaba conservadoramente en unas cinco mil toneladas, que equivalen a un billón de dosis. En esta ocasión, el debate fue acalorado pero las benzodiacepinas se quedaron en la Lista IV, la más cómoda ya que en la mayoría de los países esto implica que no se requiere receta médica para adquirirlas. En 1985 la ONU informó que aproximadamente 600 millones de personas en el mundo tomaban diariamente uno o varios ansiolíticos. (8)
Mezclar sedantes hipnóticos con otras drogas no es buena idea
Charo, una persona que entrevisté, relata sus experiencias al mezclar sedantes con marihuana y alcohol:
Yo me acuerdo que una vez fui yo a "Alexander's" y me monté con unos amigos. Teníamos una maría de Colombia que se llama "puntos rojos". Me acuerdo que me fui a casa de una amiga a pegarnos un colocón, porque en Santo Domingo las reuniones eran que te ibas a casa de un amigo y te lo metías todo, lo consumías todo y después te ibas a la discoteca y yo me acuerdo que ese día comenzamos fumando un montón de porros de puntos rojos y luego me dio una que me quería morir, me quería morir, una mañana a las siete de la mañana. El caso fue que esa noche mezclé los puntos rojos, Venadril, Caladril y Roché. Un Roché es un tranquilizante y me comí como dos Rochés y me fui a la discoteca, y a aparte bebiendo, claro este colocón con la discoteca es totalmente ilógico y mucho menos puedes consumir alcohol porque te pones fatal. Recién entrar a la discoteca me senté con unos amigos y me dice uno de ellos 'vamos a bailar'. Me paro y comienzo a ver todo negro, todo negro, todo negro y digo yo 'me va a dar algo, me va a dar algo aquí mismo' y todo el mundo 'ji ji ji, ja ja ja', y digo yo, 'que me voy a desmayar' y se me puso todo blanco, todo negro, no vi nada, no oí música, no oí nada y me desmayé en medio de la discoteca. Hice un escándalo por supuesto, un cante total en "Alexander's" en Santo Domingo, o sea todo el mundo me conocía, que horror me desplomé totalmente, me echaron agua en la cara y me sacaron de la discoteca, yo me puse a llorar, a llorar, a llorar y yo me acuerdo que ese día yo subí a mi casa, yo vivía en un segundo piso y subí a gatas, con las llaves, acostada en el piso así, intentando abrir la puerta... Fue patético y llegué a mi cama arrastrándome por el suelo porque no podía caminar, a partir de entonces dije no consumo más de nada. Esa fue la última experiencia que tuve yo con ese tipo de drogas. La cumplí, jamás he vuelto a consumir ni Venadril ni nada de eso...
Excepto una vez nos fuimos a un concierto de Pretenders en Santiago y allí como no había éxtasis la gente mezclaba down con speed, o sea, un tranquilizante con speed, una mezcla... vaya uno que te sube y uno que te baja. Y nos fuimos al concierto y nos llevamos una tira cada uno, una tira es un tira de pastillas totalmente, que las vendían en la farmacia. Yo me acuerdo que yo comí como cuatro tiras, yo llegué a la carretera y yo me desmayé, el amigo mío se lo llevó la policía porque le encontraron pintándose los labios, era un gay, pintándose los labios en el lavabo y le pillaron pastillas y le pillaron de todo y apareció preso. Yo terminé en una casa de un policía secreto que se enamoró de mí esa noche, me encontró en la carretera desmayada, me cargó en el coche, yo me acuerdo que yo me desperté cuando trató de violarme, lo único que me acuerdo yo de ese colocón es que yo me desperté en un momento y vi al tío quitándome los pantalones y como yo en ese tiempo era muy delgada, yo me rellenaba mucho, o sea me ponía unos pantalones arriba y otros abajo y el tío quitándome pantalones y quitándome pantalones y yo me acuerdo, yo me desperté y dije '¿que está pasando, que está pasando?' y claro al otro día me desperté en esa casa diciendo '¿dónde estoy?' Entonces él me dijo, 'yo no te llevé presa porque tú a mi me gustaste y te encontré en la discoteca desmayada y no te lo metí porque me di cuenta de que era señorita y no te lo podía meter'. En la casa de un coronel... a partir de entonces dije 'no consumo más esta jodida droga'. O sea tu consumes la droga siempre y cuando tu puedas controlarla pero me pasé totalmente... Me acuerdo yo, me caí, estaba todo el mundo, y eso que perdí la noción, me caí y me llevé a un montón de gente para atrás. Me llevé una cartera y unos walky talkys, la cartera yo no sabía de quién era, me desperté al otro día con una cartera que no era mía, de verdad...
La hipnosis regresiva como sustituto de antidepresivos y sedantes
El doctor Brian Weiss, graduado de las universidades de Columbia como médico y de Yale como psiquiatra, catedrático de psicofarmacología y psiquiatría biológica, ha escrito tres libros, Muchas vidas, muchos maestros, Lazos de amor y A través del tiempo. En todos ellos relata su descubrimiento de una técnica de regresión hipnótica y la afinación de la misma para curar casos graves de fobias, ansiedades y depresiones de todo tipo.
En el prólogo del primero, el doctor Weiss confiesa que le llevó mucho tiempo decidirse a escribir sobre esto, "cuatro años reunir valor para aceptar el riesgo profesional de revelar esta información nada ortodoxa". (17)
Posteriormente relata su primer caso espectacular de regresiones hipnóticas hacia lo que en la literatura esotérica y las religiones orientales se conoce desde hace siglos como "vidas pasadas"
Tras varios años de utilizar la hipnosis como herramienta terapéutica, Weiss la probó para buscar el origen de la ansiedad, los ataques de pánicop y las fobias de una paciente llamada Catherine. El doctor cuenta que bajo hipnosis Catherine recuperó recuerdos de "vidas pasadas" que resultaron ser los factores causantes de sus síntomas. También actuó como conducto para recibir información procedente de "entidades espirituales" altamente evolucionados que ofrecieron datos necesarios para su recuperación y la de otros pacientes y en pocos meses sus síntomas desaparecieron "y reanudó su vida más feliz que nunca".
Cuenta el doctor que cuando estos hechos comenzaron a suceder se sintió absolutamente asombrado y desconcertado, pues en sus estudios no había nada que le hubiese preparado para algo semejante:
No tengo explicaciones científicas de lo que ocurrió. En la mente humana hay demasiadas cosas que están más allá de nuestra comprensión. Tal vez Catherine, bajo hipnosis, pudo centrarse en esa parte de su mente subconciente que acumulaba verdaderos recuerdos de vidas pasadas; tal vez utilizó aquello que el psicoanalista Carl Jung denominó 'inconciente colectivo': la fuente de energía que nos rodea y contiene los recuerdos de toda la raza humana... (17)
A raíz de esta experiencia con Catherine, el doctor Weiss utilizó este método con más pacientes y disminuyó paulatinamente la utilización de los fármacos. Según sus propias palabras:
Yo nunca vacilaba en utilizar sedantes y hasta medicamentos antidepresivos para tratar las ansiedades y los miedos crónicos y graves. Ahora recurro a ellos con mucha más moderación y sólo durante breves periodos si acaso. No hay medicamento que pueda llegar a las verdaderas raíces de los síntomas. Mis experiencias así me lo han demostrado. Ahora sé que con la hipnosis regresiva se puede curar en vez de limitarse a disimularlo o enmascarar los síntomas con fármacos. (17)
Weiss no es el único profesional de la psiquiatría que se ha topado con estas cuestiones, pero quizá es uno de los primeros que se ha atrevido a escribir al respecto. Otros casos significativos son los del doctor Stanislav Grof, cofundador de la Psicología Transpersonal (ver más sobre él en adicciones), el doctor Roger Woolger (autor de Otras vidas, otras identidades); los doctores C.J. Ducasse, Martin Ebon, Helen Wambach, Gertrude Schmeider, Frederick Lenz, Edith Fiore, Brabara Ann Brennan (autora de Manos que curan y Hágase la luz) y el doctor Ian Stevenson quien ha reunido más de dos mil ejemplos de niños con recuerdos y experiencias del tipo de la reencarnación, como xenoglosia, que es la capacidad de hablar un idioma extranjero al que nunca se ha estado expuesto.
No obstante, como asegura el mismo Weiss, "la investigación científicamente rigurosa de estos temas está todavía en mantillas. Si bien se están dando grandes pasos para descubrir esta información, el proceso es lento y encuentra mucha resistencia tanto por parte de los científicos como de los legos." (17)
Los efectos de las drogas sintéticas en el sistema de chakras
Donna Cunningham tenía varios años trabajando como terapeuta especializada adicciones cuando entró en contacto con Andrew Ramer, un sanador y canalizador con quien colaboró para escribir dos libros: The spiritual dimensions of healing addictions (18) y Further dimensions of healing addictions (19).
En el primer libro sostienen que por lo general, los seres humanos caemos en la adicción cuando perdemos de vista o no queremos realizar nuestra "visión", o sea: "nuestra habilidad de percibir y participar en la realidad más amplia, reteniendo un recuerdo, aunque sea débil, de nuestro Ser Superior y de las tareas y propósitos de nuestra vida" (18).
En el segundo libro explican con claridad cómo se utilizaban antiguamente los distintos psicoactivos, a los que ellos llaman "herramientas de poder", para recuperar y apoyar nuestra visión; y como es que, al perder ese conocimiento, actualmente abusamos de estas mismas herramientas y nos destruimos con ellas en lugar de utilizarlas en nuestro beneficio.
En Further dimensions of healing addictions, entre otras muchas cosas interesantes, nos explican cuáles son los efectos que tienen las principales sustancias adictivas sobre el campo energético humano, concretamente sobre el sistema de chakras.
Andrew y Donna advierten que el cuerpo humano durante milenios, únicamente ha estado habituado a consumir plantas o drogas directamente derivdas de las plantas y que por simples razones evolutivas, aún no está preparado para absorber los químicos hechos por el hombre, que le resultan todavía más dañinos:
La razón es que sin el soporte de los otros ingredientes, el cuerpo no puede procesar las drogas tan bien como puede hacerlo con las plantas... Por ahora, la introducción en el cuerpo de sustancias manufacturadas, desde aditivos de comida y medicinas hasta drogas adictivas, de hecho sirve a una función evolutiva. Sin embargo no se puede pretender que el cuerpo condicionado durante millones de años desarrolle en dos o tres generaciones la capacidad de llevar a cabo la absorción de sustancias manufacturadas...
Las drogas manufacturadas afectan el cuerpo físico y los cuerpos sutiles en una manera mucho más disruptiva. Sus frecuencias reentonan el cuerpo de maneras artificiales e insanas. A pesar de ello, estos productos químicos tienen ciertas funciones positivas en el plano evolutivo, pero como el resto del los medicamentos, si no son abusados... (19)
Según los autores durante generaciones y generaciones hemos cambiado de una manera muy lenta, sin embargo:
Todo está cambiando en la Tierra ahora, y más rápido que nunca antes en ningún otro tiempo de la historia humana. Así es que no debe sorprender que nos volvamos hacia las drogas para que nos asistan en estos cambios... Es imposible contar el número de personas que son adictas a las píldoras que ofrecen cambiar nuestros estados anímicos o las píldoras de dieta que ofrecen cambiar el apetito y nuestros cuerpos. Y es imposible contar el número de personas con múltiples adicciones a sustancias que comenzaron todas como herramientas de poder para cambiar. Muchas de estas sustancias son legales y se ofrecen en los estantes de las farmacias... Muchas son legales pero sólo con la prescripción de un doctor. Y la naturaleza del sistema médico es tal que hay un gran abuso de estas substancias... Es curioso que muchas de estas drogas tengan una capacidad más fuerte de destrucción sobre el cuerpo y la mente que muchas sustancias ilegales. La sociedad piensa que si las consigues de un doctor son buienas, aún cuando te enganches con ellas, pero si las compras en el parque no lo son. (19)
En el caso de los sedantes hipnónicos, que llaman genéricamente depresores y de las amfetaminas y otros químicos simialres que llaman genéricamente estimulantes, Danna y Andrew aseguran que producen efectos esencialmente en el chakra del tercer ojo y el chakra del corazón.
Aunque algunas de estas drogas drenan la energía hacia los chakras inferiores y algunos la llevan hacia arriba, la mayoría de ellos afectan el chakra cardiaco, porque circulan en la corriente sanguínea y afectan al corazón mismo. Con el tiempo los químicos sintéticos dañan todos los chakras, dificultando que funcionen individualmente o en concierto. Estas sustancias también dañan el aura y los cuerpos sutiles más rápido que cualquier otra sustancia adictiva separando las capas, lo que crea espacios en los que las energías externas pueden quedar atrapadas. También causan pulsaciones irregulares y ritmos staccato en el flujo de energía de los meridianos. (19)
También advierten otra conexión entre las drogas sintéticas y nuestro nuevo y recién despertado chakra del timo:
Inicialmente estas drogas estimulan este centro, pero en un corto periodo de tiempo, deprimen su frágil nuevo funcionamiento... dañando el chakra y la glándula del timo, inhibiendo con ello el sistema inmunológico del cuerpo... Como un niño puede quemarse las manos cinco años antes de estar listo para aprender a cocinar con él, así mismo estamos quemándonos ahora con los químicos que hemos creado. (19)
Hablando de las frecuencias artificiales de estas drogas y de sus efectos sobre los ritmos naturales de los cuerpos energéticos, los autores advierten que estas frecuencias insanas se "contagian" a los campos energéticos de las personas que los consumen:
Una de las razones de que los sanadores y trabajadores de salud que trabajan con adictos (o esquizofrenicos o personas retardadas) acaben "quemados" es que sin que lo noten concientemente, comienzan a tomar e imitar los turbados patrones de ondas cerebrales de las personas con las que están trabajando. Si trabajas con personas adictas, en recuperación o en otras etapas, necesitas limpiar tu aura y tus chakras diariamente... También necesitas protegerte a ti mismo mientras trabajas con una burbuja de luz, usando un cristal que limpies diariamente o quizá utilizando una coraza o casco de luz que cubra tu chakra del enrecejo y tu chakra coronario (Esta clase de protección, de hecho, era parte de la utilidad de los cascos de las armaduras.)
Tú puedes, con práctica -y nadie puede enseñarte cómo- comenzar a jugar con tus ondas cerebrales sin químicos, aprendiendo cómo moverte de los patrones ásperos generados por la vida estresante hacia patrones más suaves, más eufóricos. Incluso puedes alterar las ondas de pensamiento de las personas que están alrededor de ti, aprendiendo a sincronizar con ellos, unirte a ellos y luego cambiarlos. Esta técnica tiene implicaciones en la sanación de esquizofrénicos, epilépticos, y otros cuyo destress ha provocado alteraciones disfuncionales de las ondas cerebrales. Los delfines hacen esto naturalmente, como una forma de unión, comunicación y placer. (26)
Para abandonar una adicción los autores dicen que no es suficiente suspender el uso de la sustancia, sino que hay que reparar el daño causado en los diferentes niveles para que la recuperación sea real y no haya recaídas. Por ello recomiendan que a la par de asisitir a terapias psicológicas ya sean personales o grupales y de someterse a un tratamiento de desintoxicación física bajo supervisión médica, en caso de que ésto sea necesario, también hay que practicar técnicas alternativas para revertir los daños causados por el abuso de las distintas sustancias en el campo energético humano.
Para ello nos ofrecen en su segundo libro una excelente serie de ejercicios de visualización, así como remedios de aromoterapia y gemoterapia específicos para cada reparar los daños provocados por cada una de las diferentes sustancias. Adicionalmente, se incluyen ciertos diagramas canalizados por Andrew para reprogramar las biocomputadoras que son nuestros cerebros.
Según afirman: "Los hábitos, como las adicciones están impresos dentro de nuestros circuitos cerebrales de la misma manera en que los circuitos de una computadora son programados. Para interrumpir un hábito, necesitas borrar y reprogramar el circuito" (19), y para eso sirven los diferentes diagramas canalizados para cada tipo de droga.
Diagrama para transformar el hábito de las drogas sintéticas
Estos diagramas deben mirarse de arriba a abajo o dibujarse 25 veces consecutivas en tres sesiones por día. Además se recomienda mirarlos cuando se sientan deseos de caer en la tentación de usar nuevamente la droga en cuestión. (Ver más al respecto en adicciones)
FUENTES DE CONSULTA ACERCA DE LAS DROGAS DE PSIQUIATRAS
1. Brailowski, Simón: Las sustancias de los sueños: neuropsicofarmacología, FCE-CONACYT, México, 1995
2. Callaway, J.C.: "Farmacología de la ayahuasca", en San, L. et all: Alucinógenos, la experiencia psicodélica, Ed. En Neurociencias, España, 1996.
3. Colín Piana, Ricardo: Depresión: Guía informativa para enfermos, familiares y amigos, Laboratorios Roche.
4. Diccionario de Especialidades Farmacéuticas, Edición 17, PLM, México, 1970
5. Diccionario de Especialidades Farmacéuticas, Edición no. 40, PLM, México, 1994.
6. Escohotado, Antonio: Guía de venenos, Ómnibus Mondadori, España, 1990.
7. Escohotado, Antonio: Historia General de las Drogas, Tomo II, Alianza, España, 1995.
8. Escohotado, Antonio: Historia General de las Drogas, Tomo III, Alianza, España, 1995.
9. Estadísticas de substancias psicotrópicas para necesidades lícitas, ONU, doc. E/INCB/W.15, 1978.
10. Fármacos de abuso: Información farmacológica y manejo de intoxicaciones, Centro Mexicano de Estudios en Farmacodependencia, México, s/f.
11. Goodman, Alfred et all: Goodman y Gilman. Las bases farmacológicas de la terapéutica, 8va. edición, Panamericana, Argentina, 1991.
12. Identificación de Estupefacientes y psicotrópicos, Instituto de Capacitación de la PGR, México, 1994.
13. Katzung, Bertram G.: Farmacología Básica y Clínica, Edición 3ra, Manual Moderno, México, 1987.
14. Krupp, Marcus et all: Diagnóstico Clínico y Tratamiento, Manual Moderno, México, 1988.
15. Sabbag, Robert: "Qualudes", en Ciego de nieve, Anagrama, España, 1990.
16. Szasz, Thomas "Lo que ayer era pecado es hoy enfermedad mental", Muy interesante, No. I, México, 1996.
17. Weiss, Brian: Muchas vidas, muchos maestros, Punto de lectura, Madrid, España, 2001.
18. Cunningham, Danna y Andrew Ramer: The Spiritual dimensions of healing addictions, Cassandra Press, CA, USA, 1986.
19. Cunningham, Danna y Andrew Ramer: Further dimensions of healing addictions, Cassandra Press, CA, USA, 1988.
Enlaces dentro de Las drogas tal cual:
La entrevista que les hice a José y Charo, en la que hablan de sus experiencias con distintas drogas, entre ellas, sedantes hipnoticos.