DATOS ENERALES
Origen
En 1965 los laboratorios Parke & Davis lanzan la ketamina como agente anestésico bajo los nombres comerciales de Ketalin®, Ketalar® y Ketina® para uso humano y de Ketaset® para uso veterinario.
Denominaciones
La ketamina, también recibe el nombre de K o vitamina K.
QUÍMICA
Identificación
Es un líquido translúcido que se deriva del PCP, aunque a diferencia de su precursor, no produce efectos permanentes de orden neurológico o fisiológico.
Se vende en soluciones inyectables, aunque últimamente ha aparecido clandestinamente comercializada en forma de polvo.
Composición
La fórmula espacial de la ketamina (C13H16CINO-HCL) es la siguiente:
Formas de adulteración
Su venta en establecimientos farmacéuticos garantiza que no hay formas posibles de adulteración.
FARMACOLOGÍA
Mecanismo de acción y formas de empleo
La ketamina se administra por inyección intramuscular o intravenosa. También puede inhalarse o fumarse después de ser calentada y transformada en cristales. Al igual que el PCP, genera anestesia disosiativa: interrumpe en forma selectiva las vías cerebrales de asociación y produce bloqueo sensorial.
Usos terapéuticos
Aunque en otros países el uso quirúrgico de la ketamina se ha descontinuado debido a sus efectos alucinógenos alternos, en México todavía continúa en circulación. La edición número 40 del Diccionario de Especialidades Farmacéuticas (5) recomienda el Ketalin® para realizar diferentes procedimientos quirúrgicos o diagnósticos en los que no se requiera la relajación muscular e indica que es más conveniente en eventos quirúrgicos breves, para la inducción anestésica o para potencializar otros anestésicos como el óxido nitroso. Precisamente gracias a sus efectos alternos, la ketamina fue utilizada en terapias psiquiátricas alternativas por el Dr. Salvador Roquet y sus colaboradores.
Dosificación
La inducción anestésica requiere entre 1 y 4 mg por kilo de peso; esto es entre 70 y 280 mg para una persona que pese 70 kilos; mientras que la anestesia general se consigue con 9 a 13 mg por kilo de peso, esto es entre 630 y 910 mg para el mismo caso. En usos lúdicos y en terapias psiquiátricas se emplean dosis bajas que fluctúan entre los 50 y los 150 mg; o dosis medias que fluctúan entre los 200 y los 300 mg.
Efectos psicológicos y fisiológicos
Los efectos comienzan en un par de minutos y duran menos de una hora. Cierto individuo que se administró 80 mg por vía intravenosa describió su experiencia a la revista High Times en los siguientes términos:
El viaje comienza con una sensación de agradable calor en todo el cuerpo. Pronto siento que estoy flotando. Todo brilla en la habitación. Las sábanas parecen de seda, luego de arena, luego de agua. Luego empiezo a ver escenarios alucinantes con los ojos cerrados. En cierto momento mi brazo izquierdo se convierte en un tronco y el derecho en un inmenso árbol. Mi cuerpo se encoge. Luego ya no tengo cuerpo. Nada de lo que sucede me importa o molesta. Pienso que debe desaparecer la ciudad de Los Ángeles. Sería divertido. Después de los 45 minutos empiezo a volverme otra vez coherente, una entidad unida en algún punto del espacio. Veo borroso, pero logro levantarme al baño a hacer pipí. Siento que he regresado de un universo que no es el que dejé hace 45 minutos. A lo mejor estoy en un paralelo. Llamo a mi novia para ver si existe, porque si no tendré que inyectarme K de nuevo para ver si regreso de nuevo a mi universo. Ella contesta y descanso. (6)
A continuación reproduzco un relato de Charo, una dominicana que entrevisté en Barcelona, aunque no estoy muy segura acerca de si lo que consumió fue fenciclidina o ketamina ya que habla de un anestésico de uso veterinario al que llama "polvo cósmico" pero también le da el nombre de KetalarÒ que es el nombre comercial de la ketamina. Me parece que es fenciclidina, pero por si las dudas incluyo su experiencia en ambos apartados:
Yo me acuerdo la primera vez que probé el ketalar llegó un amigo, un tío al que no conocíamos a la casa de una amiga y llegó con un potecito era... ¿como se llamaba? es como anestésico, ¡polvo cósmico! anestésico de caballo. Lo puso en una sartén, lo hirvió hasta que se evaporó todo el agua, se cristalizó en la sartén y sacó todo el polvito. Más o menos una especie como de cocaína ¿no? Pero el efecto no es de cocaína, nada que ver... totalmente alucinante, totalmente, nos volvimos locos esa noche, muchas risas muchas historias... La experiencia máxima que tuve con el ketalar, fue que un día nos fuimos a la montaña y parece ser que nos pasamos de consumir yo bajé con el Chiqui y Renzo a comprar cerveza y a mi se me fue la cabeza me dio un ataque de histeria, yo me ví cayendo por el barranco totalmente y mi primera impresión fue abrir la puerta para salir del coche para tener un sitio para agarrarme y no caerme al vacío y claro, no nos estábamos cayendo del barranco para nada y claro yo me iba a caer del coche íbamos a una velocidad muy fuerte... entonces ellos pararon el coche porque claro yo me iba a tirar del coche y a partir de ese entonces jamás lo consumí, jamás lo volví a consumir, jamás. Yo consumo la droga siempre y cuando yo la pueda controlar pero si no la puedo controlar no la consumo. El ketalar nos convirtió en ratas... eran ratas todos, yo también. (Ir a la entrevista completa)
A nivel fisiológico, la ketamina en dosis bajas aumenta la frecuencia cardíaca, la presión arterial y sanguínea, disminuyendo levemente la frecuencia respiratoria. En dosis altas suele provocar náuseas y vómito. No se han reportado problemas serios derivados de su uso constante.
Potencial de dependencia
Su uso continuo durante más de tres semanas ocasiona tolerancia. Aunque no produce dependencia física, tiene un leve potencial para crear dependencia psicológica.
¿Qué hacer en caso de emergencia?
Las intoxicaciones agudas con ketamina provocan depresión respiratoria, en cuyo caso se recomienda utilizar asistencia respiratoria mientras cede el efecto del anestésico. Esto hace necesario acudir a un hospital inmediatamente.
HECHOS INTERESANTES
Régimen legal actual
La ketamina, es una substancia de uso restringido que pertenece a la Lista II.
Hablando de ketamina en Zipolite
En el libro El despertar del hongo, de Juanjo Piñeiro, hay un capítulo llamado "En el mar de Zipolite" en el que este psiconauta español narra una de las charlas que tuvo con dos amigos que se encontró en esta famosa y liberal playa de en Oaxaca, México: Dan, un estadounidense y Claudia, una uruguaya.
Esta es una de las partes del diálogo en que los tres hablan acerca de la ketamina y sus efectos que los tres sostuvieron:
- ¿Has probado la ketamina? -pregunté a Dan-. Es el psiquedélico favorito de Lilly, ¿no?
- La he probado un par de veces -respondió-, y la experiencia fue algo totalmente sorprendente: la entrada en una realidad totalmente ajena al cuerpo y nuestra experiencia habitual. Las creencias básicas sobre la naturaleza de la realidad cambian tras un periodo prolongado de exposición a un nuevo agente, y la ketamina es un facilitador para la sobreimpresión de nuevos programas sobre los viejos en nuestro biocomputador.
- A mí todo esto de programas y circuitos cerebrales me suena tan frío... -intervino Claudia, hablando con expresión de desagrado.
- Claudia, no entiendas mal lo que os estoy diciendo -dijo Dan-. El cerebro no es una máquina. No es en absoluto una máquina ciega y reactiva a estímulos exteriores. El cerebro es un biocomputador complejo y extremadamente sensible que nosotros podemos programar. Si no lo haces tú, otros lo harán por ti. Ya nos han programado, de hecho. Desde que nacemos la cultura en la que vivimos no ha hecho otra cosa que introducir dentro de nosotros programas limitadores. Lilly o Leary intentaron descubrir cómo podemos eliminar los programas que no nos gustan, y reprogramarnos con nuevos programas. Yo lo que busco en realidad es introducir en mi cerebro un programa desprogramador que se autodestruya una vez cumplida su labor desprogramadora.
- Madre mía -exclamó Claudia-. Parece un trabalenguas.
Al ver la cara de tristeza de Dan añadió:
- Pero te entiendo, sólo me sorprende el vocabulario y la forma de expresarlo. En cada época las metáforas para hablar de lo inexpresable se basan en los descubrimientos de su cultura. Reconoce, Dan, que es más poética la forma de expresarlo del chamanismo.
- Las palabras dan igual -respondió Dan-. Lo importante es que si no tomamos la responsabilidad de programar cada uno su cerebro, nos será programado de todas formas por otros de una manera voluntaria o involuntaria, incluso por accidente, en tu ambiente social.
- ¿Y tú usas la ketamina para desprogramarte? -le pregunté.
- Ya os he dicho antes que sólo he tomado ketamina dos veces, pero he llegado a ver los programas que tenía instalados, incluso algunos destructivos, y por ahora me he limitado a intentar borrar estos. Aunque el sistema como un todo trabaja para la vida, la semilla de la destrucción, esos programas autodestructivos, permanecen también en el cerebro.
- ¿Y cómo puedes ver esos programas? -preguntó Claudia-. ¿Por qué es posible hacerlo con la ketamina?
- La ketamina es como un tanque de aislamiento, que por cierto también lo ha usado mucho Lilly en sus experimentos, pero es una desconexión sensorial provocada por una sustancia química. La ketamina proporciona bruscamente, en cuestión de segundos, una cantidad similar de aislamiento y de deprivación de los sentidos exteriores, lo que hace posible que entres en tu espacio interior sin la distracción del mundo exterior.
- ¿Y no es posible inplorar, como has dicho antes, sólo usando el tanque de aislamiento? -pregunté.
- Sí -respondió Dan-, aunque claro, la experiencia no será tan radical; eso ya depende mucho de la persona. Hay personas que están construyéndose su propio tanque de flotación, o hay ciudades donde puedes acudir a un lugar donde tienen varios, como si fueras a la piscina. Al estar a oscuras, flotando en agua salada, sin sonidos externos, es más fácil inplorar, y llegar a percibir la realidad interior con el mismo nivel de realidad que hacemos normalmente con el mundo externo. La experiencia con ketamina es más poderosa -continuó Dan-, porque a ciertas dosis críticas y ciertas concentraciones críticas de esa sustancia en el cerebro, el sistema subcortical continua sus actividades automáticas fuera del contacto con el observador en el cerebro.
- ¿Y qué observa entonces el observador? -preguntó Claudia, interesándose cada vez más.
- La Esencia de la vida y de la conciencia. Tu verdadero Ser. El hiperespacio -respondió Dan.
Al ver la cara de sorpresa de Claudia, continuó:
- El hiperespacio es la red del Ser, o seres, extendido a través del universo. Yo lo conozco más por mis experiencias con DMT fumada, como os dije antes. Es muy difícil para mí describirlo. Lilly dice que es un espacio sin tiempo donde existen seres que él había descubierto en lo que llamó las Islas, cuando visitó gracias a la ketamina paisajes muy diferentes a los nuestros, y reinos de un futuro lejano. Paradójicamente necesitamos medios de acceso regular a la realidad interior para explorar, o inplorar, como dije antes, esa realidad que podríamos llamar extraterrestre, aunque no me gusta llamarla así, porque no es una realidad físicamente fuera de la Tierra, sino que pertenece a otro espacio, no físico. Pero para mí encontrarme con esa otra realidad no ha sido tan importante como conectar, gracias a la ketamina, con mi propio ser. La ketamina me ha ayudado decisivamente a conocer, primero mi esencia, y en la segunda experiencia, la fuerza de la vida y la verdadera realidad del universo y de la conciencia.
- ¿Y cómo aparece la muerte desde esa perspectiva? -pregunté.
- La muerte, al sentirte fuera del cuerpo, adquiere otra dimensión, pues al tener la experiencia ketamínica parece evidente que al morir nuestro organismo biológico la conciencia continuará sin él. Por eso sería magnífico usar la ketamina para ayudar a enfermos terminales a experimentar la conciencia sin el cuerpo, y así perderle el miedo a morir.
Recordé la "K" del texto que escribí la primera noche en Huautla, y me propuse volver a leerlo, por si podía referirse a la ketamina. (16)
Terapias psiquiátricas y psicológicas alternativas con ketamina
Entre finales de los sesentas y principios de los setentas en los Estados Unidos se llevaron a cabo diversos experimentos con drogas alucinógenas que en ocasiones incluyeron a la ketamina. Ello se debió al descubrimiento del psiquiatra mexicano Salvador Roquet. En sus propias palabras:
Un colega anestesiólogo oyó sobre mi trabajo con psicodislépticos y me explicó que había visto muchos pacientes atravesar por experiencias similares al salir de los efectos de la anestesia con ketamina. Experimentando descubrimos que cerca del diez por ciento de la dosis anestésica era suficiente para producir un efecto psicodislépsico notable. La acción es tan contundente y poderosa que resulta perfecto comenzar a trabajar con todo el material desenterrado en la más reciente sesión con datura: lleva a la persona a confrontarse inevitablemente con lo que ha estado tratando de evadir. Utilizamos tres aplicaciones en un lapso de 24 horas; en cada ocasión, los efectos agudos duran alrededor de 45 minutos más o menos. Algunas de las experiencias místicas más hermosas ocurren con el empleo del Ketalar. Las primeras experiencias tienden a ser más simbólicas y estereotípicas, pero al final el Ketalar produce un viaje profundamente significativo... (15)
Dentro de lo que se dio en llamar prácticas psiquiátricas alternativas, personas como el Dr. John Lilly y su equipo de investigadores realizaron varios estudios que consideraron exitosos para tratar a pacientes con problemas afectivos, al usar la ketamina de acuerdo a las instrucciones del Dr. Roquet. Según relatan él y su colega Pierre Favreau:
En 1970 realizamos experiencias con ketamina... en el Centro de Investigación Psiquiátrica del Hospital Spring Grove de Maryland en Baltimore, ante el grupo del Dr. Stan Groff... Utilizamos la presentación de clorhidrato de ketamina... que inyectamos en dosis de 0.3 mg por kilogramo de peso del paciente, mientras que la dosis anestésica recomendada por Park Davis es de 7 a 10 mg por kilogramo. Esto nos da una seguridad máxima, puesto que sólo usamos el 15% de la dosis usual... De todos los psicodislépticos, quizá sea la ketamina la que impida el mayor grado a cualquier forma de resistencia por parte del sujeto, como sucede, por ejemplo con el LSD en sujetos autoexperimentados, cuya experiencia les permite manejar a su antojo el medicamento, evitando así cualquier confrontación o vivencia psíquicamente dolorosa. Con el Ketalar, al contrario, ese manejo es totalmente imposible, lo que nos permite usarlo como recurso farmacológico de última instancia, siempre con resultados importantes. (13)
Otro tipo de terapias alternativas han llegado a considerar que este psicofármaco provoca un aumento en la frecuencia vibratoria permitiendo que la conciencia alcance otros estados. Entre los practicantes de estas modalidades terapéuticas el Dr. Eisner, activo promotor del uso de entactógenos (drogas que permiten la introspección), asegura que los efectos psicológicos de la ketamina pasan por cinco etapas:
1. Disociación, sentimiento de estar fuera del cuerpo como en el "viaje astral" o en las experiencias cercanas a la muerte.
2. Entrada a un universo de información diferente.
3. Contacto y participación en otras realidades.
4. Comunicación con extraterrestres y "desencarnados".
5. Solución de problemas personales. (6)
¿Su hijo en K?
En la revista Time, un artículo publicado en octubre pregunta a los padres: “Is your kid on K?” (“¿Su hijo anda en K?”) El artículo reporta la alarma de las autoridades de Florida por el uso de ketamina entre los adolescentes que asisten a las fiestas rave. El psicoactivo se expende en las calles estadounidenses bajo el nombre de K. Los vendedores lo adquieren en forma líquida de los veterinarios y mediante algún procedimiento (usualmente elevando su temperatura), logran secarlo y convertir los residuos en polvo que los jóvenes aspiran. Según asegura el autor del artículo: “K causa alucinaciones porque bloquea mensajeros químicos en el cerebro que transmiten información sensorial; el cerebro llena el vacío resultante con visiones, sueños, recuerdos, lo que sea.” (4) El zar antidrogas Barry McCaffrey añadió la K a la lista de “drogas emergentes” en 1995.
Los X-Files y los Chemical Brothers inducen al uso de K según Times
El autor del mencionado artículo de la revista Times (4) atribuye la popularidad de la droga a que en uno de los episodios de la serie televisiva X-Files (Expedientes Secretos X), el agente Fox Mulder es drogado con ketamina en un intento por recobrar recuerdos perdidos. También compromete al grupo de música electrónica Chemical Brothers, por haber grabado una canción llamada “Lost in the K-Hole” (Perdido en el Hoyo-K). Este término se utiliza para denominar un malviaje o una sobredosis de ketamina en polvo.
Karl James, un investigador londinense, asegura que una sobredosis reproduce la reacción química cerebral de una experiencia cercana a la muerte; pero a pesar de ello, la ketamina no suele causar muertes por sobredosis debido a que no deprime ni el sistema respiratorio ni el sistema circulatorio que son las principales causas de muerte por sobredosis en otro tipo de drogas. Debido a ello, el gobierno británico considera que la ketamina no es una droga peligrosa y sus efectos no son severos.
La industria farmecéutica apoya tanto a los Republicanos como a los Demócratas
El Senador estadounidense Joseph Biden descubrió públicamente qué tan delicada es la política en torno a las drogas cuando en 1996 propuso que se controlara la ketamina y el hipnótico comercializado como Rohypnol®. La iniciativa murió aplastada bajo las presiones de la industria farmacéutica. Según denuncia el senador: "La industria, cuyos comités de acción política donaron el año pasado (1996) $2.1 millones de dólares a los candidatos republicanos y $1.7 millones a los demócratas, no quieren que el gobierno de los Estados Unidos ponga estas sustancias en las listas de sustancias controladas (el Rohypnol® ya está en la lista IV, pero se pedía que se cambiara a la II)." (4) En el caso de la ketamina, ni Parke-Davis, que desarrolló la droga para uso humano Ketalar®, ni los laboratorios Fort Dodge que fabrican el Ketaset® para uso veterinario, se opusieron públicamente a la iniciativa de someterlas a control internacional, pero los sufragantes de la industria en el Congreso sí se opusieron.
FUENTES DE CONSULTA ACERCA DE LAS DROGAS DE ANESTESISTAS
1. A Nitrous Experience. Listas Alt.drugs (banshee@resort.com) 9/19/96.
2. Brailowsky, Simón: Las sustancias de los sueños: Neuropsicofarmacología, FCE-CONACYT, México, 1995.
3. Brau, Jean Luis: Historia de las drogas, Bruguera, España, 1973.
4. Cloud, John: “Is your kid on K?”, Times, USA, October 20, 1997.
5. Diccionario de especialidades farmacéuticas, Edición 40, PLM, México, 1994.
6. Dornbierer, Manú: La guerra de las drogas, Grijalbo, México, 1991.
7. Escohotado, Antonio: Guía de drogas, Ómnibus Mondadori, España, 1990.
8. Escohotado, Antonio: Historia General de las Drogas, Tomo III, Alianza, España, 1995.
9. Fármacos de abuso: Información farmacológica y manejo de intoxicaciones, Centro Mexicano de Estudios en Farmacodependencia, México, s/f.
10. Goodman, Alfred et all: Goodman y Gilman. Las bases farmacológicas de la terapéutica, 8va. edición, Panamericana, Argentina, 1991.
11. James, William: "Subjective Effects of Nitrous Oxide", originalmente aparecido en Mind, Vol. 7, 1882 Posteriormente publicado en Laughing Gas, 1973.
12. Krupp, Marcus et all: Diagnóstico clínico y tratamiento, Manual Moderno, México, 1988.
13. Roquet, Salvador y Pierre Favreau: Los alucinógenos: de la concepción indígena a una nueva psicoterapia, Prisma, México, 1981.
14. What is PCP? Teen Challenge Home Page (webmaster@teenchallenge.com)
15. Yensen, Richard: en el prólogo de Una terapia prohibida: Biografía de Salvador Roquet, Planeta, Méx. 1998.
16. Piñeiro, Juanjo: El despertar del hongo, Grijalbo, México, 2000.