DATOS GENERALES
Origen
Los hongos son seres vivos que se encuentran clasificados dentro del reino Fungi. Están formados por una parte vegetativa (micelio) que se encuentra en el interior del substrato del que se alimentan, produciendo fructificaciones que conocemos con el nombre de hongos o setas.
Los hongos, a diferencia del reino vegetal carecen de clorofila, por lo tanto, no pueden sintetizar su propio alimento y necesitan obtenerlo ya eleborado. Para ello se alimentan de otros organismos viviendo en simbiosis con otras plantas, asociación que se comoce como micorriza, donde la planta suministra al hongo fuentes de carbono procedentes de la fotosíntesis y éste le suministra a su vez mayor absorción de agua y nutrientes minerales, siendo ambos beneficiados. Esta es la asociación más común, pero los hongos también pueden parasitar plantas o animales o vivir como saprofitos, esto es desarrollándose a partir de materia orgánica en descomposición.
Hay algunas variedades de hongos que contienen alcaloides capaces de alterar el Sistema Nervioso Central. Estas variedades se conocen científica y coloquialmente mente como hongos psicoactivos. Aunque se han identificado cerca de 15 especies diferentes, las principales variedades en México son tres, y han recibido nombres bastante pintorescos: al Psilocybe mexicana que brota en días soleados sobre prados húmedos inmediatamente después de una noche lluviosa, se le llama "pajarito"; al Psilocybe caerulescens que nace también en tierra húmeda, "derrumbe"; y al Psilocybe (o Stropharia) cubensis que crece sobre el estiércol del ganado vacuno, "San Isidro". En nuestro país actualmente pueden encontrarse en zonas montañosas de los estados de México, Oaxaca y Morelos, Michoacán y Puebla.
En los bosques de España hay Pscilocybe wassoni en Galicia; P. semilanceolata en Euzkadi y Stroparia cubensis en Cataluña (17).
Los antropólogos afirman que en México, en Guatemala y en la zona del Amazonas fueron utilizados con fines rituales. A lo largo de todo el antiguo territorio maya se han encontrado figurillas de piedra con remates en forma de hongo que datan del año 1000 a.C. al 500 d.C. Se sabe también que la ingestión de este tipo de hongos era parte importante en los ritos religiosos oraculares de mazatecas, chinatecas, chatinos, mixes, zapotecas y mixtecas de Oaxaca, náhuatls del México central, y posiblemente otomíes de Puebla y tarascos de Michoacán.
imagen escaneada del libro de Peter Furst: Hongos, especies alucinógenas
La primera mención de su uso data de algunos libros del siglo XVI. Uno de ellos menciona sus usos rituales en las fiestas de coronación de Moctezuma, el último emperador azteca. El doctor Francisco Hernández, médico del rey de España reportó que los indígenas gustaban de ingerir ciertos hongos que "producen visiones de todo tipo, tales como guerras e imágenes de demonios… son muy apreciados por los príncipes en sus fiestas y banquetes. Se procuran en vigilias imponentes y terribles que duran toda la noche." (31) Parece ser que después de la conquista el uso de hongos psilocibos con fines rituales y terapéuticos únicamente sobrevivió en la Sierra de Oaxaca.
Etimología y denominaciones
Un hongo psilocibo es aquel cuyos principios activos son la psilocina y la psilocibina; mientras que hongo psicoactivo es la denominación genérica para todo tipo de especies que contengan éstos u otro tipo de alcaloides capaces de afectar el sistema nervioso central. Las especies de Amanita muscaria y Amanita pantherina, por ejemplo, son hongos psicoactivos, pero no psilocibos.
Entre los indígenas del centro de México los hongos psilocibos reciben el nombre de Teonanacatl, que significa "carne de dios" en náhuatl. Los mazatecos de Oaxaca les llaman nti-si-tho; el prefijo nti es un diminutivo de respeto y cariño, si-tho significa "el que brota".
QUÍMICA
Identificación
Se han encontrado más de 80 variedades distintas en todo el mundo que contienen como principio activo la psilocibina y, en menor cantidad la psilocina. A continuación se describen las principales variedades que se encuentran en México y España
Psilocybe mexicana
Los Psilocybe mexicana (pajaritos) constituyen una de las especies más pequeñas de hongos alucinógenos. Contienen psilocibina y psilocina. Brotan principalmente en el sur y el centro de México.
Alcanzan una altura de 2.5 a 10 cm. El sombrerillo campanulado mide entre 1 y 3 cm de diámetro, tiene un color paja pálido y una pequeña protuberancia más clara en la punta.
Su tallo es muy delgado, largo y fibroso, las esporas son de color café negro a café púrpura.
Los Panaeolus agaricaeae o sphinctrinus son una especie cosmopolita, de uso secundario entre los mazatecas de Oaxaca quienes les llaman she-to y to-shka. She-to significa "hongo del pasto" y to-shka "hongo embriagante".
Contienen psilocibina. Miden hasta 10 cm de altura. El sombrerillo campanulado ovoide de color pardo claro o café grisáceo mide hasta 4 cm. Su tallo es delgado y fibroso, las láminas son de color negro-parduscas con esporas de color café negruzco.
Panaelous sphinctrinus
Imagen escaneada del libro "Plantas de los dioses"
Psilocybe caerulescens
Los Psilocybe caerulescens (derrumbe) pueden alcanzar una altura de 8 a 12 cm. Contienen psilocibina y psilocina. Brotan principalmente en Oaxaca y en todo el Valle de México.
El sombrerillo mide entre 2 y 4 cm de diámetro, es campanulado al principio y posteriormente convexo o plano, tiene un color verde olivo con tintes cafés y es más claro en los márgenes, dando la impresión de un anillo.
Las esporas son entre amarillas y café claro.
Los Psilocybe wasonni alcanzan una altura de 2.5 a 10 cm. Contienen psilocibina y psilocina. Brotan principalmente en el Valle de México.
El sombrerillo plano o poco campanulado mide entre 1 y 3 cm de diámetro, es de color café pardo.
Su tallo es grueso y fibroso y sus esporas son blancas o pajizas.
Imagen tomada de internet
Psilocybe wasonni
Todas las variedades de Psilocybe brotan por lo general en tierras altas de 1300-1700 m, especialmente en regiones con rocas calizas; también en forma aislada o muy esparcidas entre el musgo, en prados húmedos y en bosques de pinos y encinos.
Los Psilocibes semilanceata, llamados "monguis" en Galicia, según me informó Miguel Camus vía e-mail, contienen psilocibina.
Aportación de Miguel Camus
"Monguis"
Miden entre 2 y 5 cm de altura. Brotan a partir de los 600 metros de altitud en los montes de la cornisa cantábrica, en España. El sombrerillo tiene forma de tetilla, acampanulado y es de color blanquecino cuando son pequeños y marrón cuando son grandes, sin anillo.
Psilocibe semilanceata
Los Psilocybe hispanica aparecen desde septiembre a noviembre exclusivamente sobre excrementos de caballo en el Pirineo aragonés y el Pirineo central francés, a una altura aproximada de entre 1700 y 2200 metros. Su sombrerillo es de color marrón achocolatado.
Según me informó vía e-mail Ignacio Seral, quien descubrió esta especie en Huesca, el hispanica es primo cercano del "monguis" o "bongui" (P.semilanceata), aunque su psicoactividad es inferior a la de éste.
imagen tomada de Sporeworks
Psilocybe hispanica
Imagen escaneada de la revista "Cáñamo"
Stropharia cubensis
Los Stropharia cubensis (San Isidro) o Psylocibe cubensis son cosmopolitas y pueden alcanzar una altura de 8 a 15 cm. Contienen psilocibina. El sombrerillo mide entre 2 y 5 cm de diámetro, es campanulado al principio y posteriormente convexo o plano, su color varía bastante, desde blanco casi puro con una mancha dorada en el centro, hasta café claro con la misma mancha anaranjada en el centro. Las esporas son café púrpura.
Tanto los Panaeolus como los Stropharia brotan sobre estiércol de vaca, en los claros de bosques o en los campos abiertos, junto a los caminos
La etimología de la variedad Gymnopylus spectabilis, viene del latín "notable, admirable", no sólo por su vistosidad sino por las características psicoactivas de la bisnoriangonina que contiene.
Su sombrero hemisférico, carnoso y convexo mide hasta 15 cm. Es de color amarillo, amarillo anaranjado o pardo leonado. Sus láminas también son amarillas y su tallo robusto de color ocre amarillento. En verano y otoño brota sobre tocones de diversos árboles formando grupos densos. En Japón se le denomina "el gran reidor" por los efectos que produce.
Gymnopylus spectabilis
Durante una exposición de bolets (el término catalán para referirse a los hongos), en la Universidad de Barcelona, le pregunté a un profesor experto en micología cuáles serían las medidas básicas para identificar un hongo psicoactivo y cuáles eran las especies europeas.
El profesor me dio un consejo muy sabio. Me dijo que antes de meterme a realizar tales averiguaciones primero debía de identificar bien los hongos cuyos alcaloides son verdaderamente mortales. Me aseguró que en la región de Cataluña sólo hay seis hongos mortales y todos son de la misma familia: Amanita phalloides, Amanita verna, Amanita virosa, Amanita ocreata, Amanita bisporigera, Amanita tenuifolia y Amanita suballiacea.
Me mostró el único que había en la exposición, el Amanita phaloides. Según me dijo, los otros Amanitas mortales se parecen a éste y todos tienen un sombrerillo blanco o verdoso.
Luego me llevó a ver el único hongo psicoactivo de la exposición que era un bello Amanita muscaria rojo clasificado como "hongo venenoso". Me explicó que algunos "chamanes siberianos y jóvenes arriesgados" lo utilizan para "darse un trip", lo cual él me desaconsejaba seriamente porque también podía ser mortal si uno se excedía en la dosis activa. Dijo que no sabía cuáles eran las dosis activas ni las letales.
Amanita phalloides
hongo cuyo veneno es mortal
Amanita muscaria,
hongo psicoactivo que puede ser mortal en dosis altas
Después he investigado que el Amanita phalloides es mortal sin lugar a dudas consumiendo 50 gramos (sólo un mordizco) y el Amanita muscaria es psicoactivo en dosis bajas, medias y altas y mortal únicamente en verdaderas sobredosis, cercanas a los 5,000 gramos (17); o sea que con los muscaria primero tendrías que sobrevivir al empacho antes de morirte por los efectos de la amatinita que es el alcaloide mortal.
No obstante, el farmacólogo Jonathan Ott considera que es muy desaconsejable comer más de uno por el peligro de malviajerse. (22) Jonathan dice lo mismo que el amable profesor catalán de la exposición de bolets, que "¡Bajo ninguna circunstancia se debe ingerir una especie de Amanita que tenga un sombrerete blanco o verdoso!" (22).
También nos hace notar que afortunadamente las dos especies enteogénicas tienen sombreretes rojos a amarillos en el caso del Amanita muscaria, y café a bronce en el del Amanita pantherina. Este último tiene menores efectos psicoactivos y mayores efectos vomitivos que el Amanita muscaria.
Amanita pantherina,
hongo psicoactivo que puede ser
mortal en dosis altas
(Ver más respecto al Amanita muscaria en la página dedicada a ellos en esta web).
Jonathan Ott dice que hay un libro escrito por él y J. Binwood: Teonanácatl: Hongos alucinógenos de Europa y América del Norte (23), que en su docta opinión contiene las mejores fotografías para identificar las distintas especies. Yo no lo he conseguido, pero paso el dato.
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Mientras tanto me he dedicado a crear una incipiente
cuya visita puede ser cuestión de vida o muerte
para quienes sientan deseos de salir a buscar hongos.
Composición
Fue Albert Hofmann, el descubridor de la LSD, quien en 1958 aisló por primera vez los principios activos de los hongos mexicanos. Les llamó psilocina y psilocibina. Desde entonces los hongos que los contienen se llama psilocibos.
Formas de adulteración
En Estados Unidos se han hecho pasar por hongos psilocibos, especies normales, tipo zetas (Agaricus bisporus), inyectados con LSD, con PCP o con ambos, y transformados en una masa amorfa y parduzca que se vende congelada y empacada en bolsas de plástico. Jonathan Ott dice que congelar los hongos es probablemente "la mejor manera de no preservar su actividad" y dice que "lo mismo va" para la idea de conservarlos en miel. (22)
En México aún es posible adquirir auténticos "pajaritos" y "derrumbes" de manos de indígenas oaxaqueños o mexiquenses; no obstante, como el pequeño mercado negro de los hongos psilocibos no siempre está manejado por auténticos conocedores y puede haber confusiones con otro tipo de hongos, algunos de ellos altamente venenosos, no está de más mencionar que los auténticos presentan un color azul al final del tallo una vez que han sido recogidos.
Aquellos que quieran estar seguros de que sus hongos efectivamente son pscilocibos, pueden adquirir un químico llamado sulfato de metaminofenol que se usa en el revelado fotográfico. Hagan con él una solución con una parte de sulfato por veinte partes de agua destilada. El tallo se remoja en la solución y se espera media hora, si el hongo contiene psilocina o psilocibina mostrará un color púrpura profundo. Además, estos alcaloides tienen un olor y un sabor bastante característicos e inconfundibles; una vez que se prueban, se quedan grabados en la memoria.
Antes de que se declararan ilegales, dichos alcalloides se vendían en las farmacias estadounidenses, tanto en forma pura como en forma sintética. Con la prohibición, ambas sustancias pasaron al mercado negro donde su pureza y autenticidad son dudosas. De 333 muestras de psilocibina obtenidas en la calle y analizadas por los laboratorios Pharm Chem de palo Alto, California en 1980, el 25% era materia inerte o que no tenía cualidades psicoactivas; el 53% contenía LSD; el 1% contenía PCP (fenciclidina); el 4.2% una combinación de LSD y PCP; y el 2% estaba compuesto de diversas sustancias; mientras que sólo el 15% restante tenía psilocibina pura y procedía de hongos silvestres. (6)
FARMACOLOGÍA
Mecanismo de acción y formas de empleo
Se ingieren por vía oral, preferentemente en ayunas, solos o mezclados con miel, en estado natural o secos. Los efectos inician entre 25 y 30 minutos después de la ingestión, pudiendo durar hasta 6 horas. Al llegar al cerebro, los alcaloides de estos hongos disminuyen la recaptación de serotonina en el cerebro y en la periferia. Según lo explica Albert Hofmann:
La psilocina y la psilocibina tienen una estructura química muy similar al factor cerebral serotonina… Los dos alcaloides del hongo, como la LSD, bloquean los efectos de la serotonina en experimentos farmacológicos en distintos órganos. Otras propiedades farmacológicas de la psilocina y la psilocibina son similares a las de la LSD. La diferencia principal consiste en la cantidad activa en experimentos con animales y con seres humanos. La dosis activa promedio de psilocina y psilocibina en humanos comienza con 10 mg; de acuerdo a ello, estas dos sustancias son 100 veces menos activas que la LSD, de la cual 0.1 mg constituye una dosis bastante fuerte. Además, los efectos de los alcaloides de los hongos duran entre 4 y 6 horas solamente, mucho menos que los efectos de la LSD (8 a 12 horas). (14)
Usos terapéuticos
A diferencia de otras plantas con efectos psicoactivos que suelen usarse con fines religiosos o adivinatorios, el principal uso del teonanácatl es en rituales curativos. Se cree que los hongos son capaces de diagnosticar el mal y ofrecer la energía necesaria para extirparlo.
Dosificación
Según María Sabina: "los 'derrumbe' tienen mayor fuerza en comparación con los 'pajaritos' y los San Isidro." (7) Los mazatecas por tradición los toman en pares, se dice que los hongos van "casados" o en pareja. Uno es macho y el otro hembra. Atendiendo a esta tradición y tomando como estándar los derrumbe (Psilocybe caerulescens), sabemos que tres pares se consideran dosis bajas; seis pares dosis medias; y doce pares dosis altas. No hay reportes sobre dosis letales. María Sabina llegó a comer más de 30 pares en una sola velada. Por su parte, 5 pares de hongos tipo pajaritos (Psilocybe mexicana o Psilocybe wasonni) son una dosis baja, 8 pares son una dosis media y 12 pares son ya una dosis bastante alta. En cuanto a la psilocina y la psilocibina puras, éstas pueden administrarse por vía oral o intramuscular. Las dosis bajas van de 10 a 20 mg; las medias de 40 a 60 mg; y las altas de 80 a 100 mg. Tampoco hay reportes sobre las dosis letales de estos alcaloides en forma pura. Jonathan Ott consigna que la dosis máxima segura se calcula en 150 mg. (22)
Efectos psicológicos y fisiológicos
A nivel sensorial, después del consumo de hongos usualmente se presenta lo que se conoce como sinestesia: un estado peculiar en el que los sonidos se "ven", los objetos se "escuchan", los olores se "sienten", y cosas por el estilo. Pueden aparecer patrones caleidoscópicos frente a los ojos. Frecuentemente el consumidor siente que abandona su cuerpo, hay un proceso de introspección y las cosas se ven desde una nueva perspectiva.
En El camino a Eleusis Gordon Wasson describe de esta manera sus experiencias en una sesión guiada por la legendaria chamana mazateca María Sabina:
El cuerpo de uno yace en la oscuridad, pesado como el plomo, pero el espíritu parece remontarse y abandonar la choza, y con la velocidad del pensamiento viajar por donde lo desee, en el tiempo y en el espacio, acompañado por el canto de la chamana y por el golpeteo de sus rítmicas percusiones.
Lo que uno mira y lo que uno escucha parece ser una sola cosa: la música asume formas armoniosas, reviste de forma visual sus armonías, y lo que uno está mirando adopta las modalidades de la música: la música de las esferas... Todos los sentidos se encuentran afectados de manera similar: el cigarrillo con el que uno ocasionalmente rompe la tensión de la noche tiene un aroma como jamás otro ha tenido; el vaso de agua pura es infinitamente mejor que la champaña... la persona que ha ingerido hongos se encuentra suspendida en el espacio... los cinco sentidos se encuentran despojados del cuerpo, todos ellos a tono con ese alto nivel de sensibilidad y alerta, todos ellos mezclándose de la manera más extraña hasta que el sujeto, enteramente pasivo, deviene en un puro receptor de sensaciones infinitamente delicado. Mientras el cuerpo de uno yace allí en el saco de dormir, el alma queda libre, pierde todo sentido del tiempo, alerta como nunca antes; vive una eternidad en una noche, mira una infinidad en un grano de arena.
Lo que uno ha visto y escuchado queda grabado como por un buril en la memoria, de donde jamás podrá ser borrado. Por fin conoce uno lo inefable y lo que significa el éxtasis. ¡Éxtasis! El espíritu se remonta al origen de esa palabra: para los griegos ekstasis significaba que el alma volaba fuera del cuerpo... Pero el éxtasis no es una diversión. Es el alma misma lo que es tomado y sacudido hasta el estremecimiento... Unas cuantas horas después, a la mañana siguiente, uno está listo para ir a trabajar. Pero cuán baladí nos parece el trabajo en comparación con los portentos ocurridos durante aquella noche. Si uno puede hacerlo, preferirá permanecer cerca de la casa y, junto con quienes compartieron esa noche, comparar notas y gritar de asombro... (33)
A nivel físico, el consumo de hongos psicoactivos provoca dilatación de pupilas (midriasis), modificaciones en el pulso, la tensión y los reflejos; hipotensión y disminución del ritmo cardiaco; debilidad y desorientación. No hay reportes de daño físico ocasionado por el uso prolongado. En 1958 el equipo del profesor Jean Delary emprendió en Francia una serie de experimentos en torno a los efectos somáticos y psíquicos de la psilocibina. Una dosis media de 10,2 mg fue administrada a 43 sujetos, trece de ellos calificados como "normales" y treinta como "enfermos mentales". Los resultados fueron comunicados a la Academia de las Ciencias ese mismo año, señalándose que los principales efectos somáticos eran los mismos entre los sujetos normales que entre los enfermos, mientras que los efectos psíquicos variaban según los sujetos. No obstante, el Dr. Delary, señaló algunas constantes en la siguiente disección clínica:
Tras una fase de latencia que varía de algunos minutos a una hora, aparecen los primeros síntomas. El sujeto experimenta sensación de calor, malestar físico. Tiene que dejar de leer o sus ocupaciones, va espontáneamente a tenderse, quejándose de astenia o de somnolencia... Las perturbaciones se instalan más o menos rápidamente; la euforia domina habitualmente: satisfacción profunda, reposo, contento de sí. A esto se añade una sobreexcitación ligera con locuacidad, risa loca, necesidad de movimientos. Pueden aparecer visiones coloreadas y movedizas; arabescos, círculos luminosos, imágenes caleidoscópicas que fascinan al sujeto y hacen mayor su bienestar. A estos trastornos se asocian perturbaciones de la conciencia de tipo oniroide, alteraciones en la percepción del tiempo vivido, una transformación del ambiente que se torna raro e ideal. El sujeto percibe modificaciones en su propio cuerpo. Asiste divertido o perplejo a una especie de juego cuyo actor sigue siendo él. Gracias a esos trastornos aparecen las intuiciones delirantes, las revelaciones inefables, las contemplaciones estáticas. El sujeto descubre un universo inaccesible a los demás, el de las verdades fundamentales y de la "belleza pura". Pero la euforia no es permanente. Sobreviene con arrebatos que parecen simultáneos a los arranques vasomotores. Alterna con momentos de angustia más o menos durables. La crisis dura unas cuatro horas. Las perturbaciones de conciencia se atenúan las primeras, las perturbaciones tímicas duran más tiempo… Se nota frecuentemente un periodo de hipomanía y a veces la euforia persiste el día siguiente; pero el trastorno más duradero es las astenia, a veces más acentuada, los días siguientes que durante la crisis. (3)
Potencial de dependencia
Se sabe que ni los hongos ni sus alcaloides generan tolerancia si la ingestión se realiza con intervalos mayores a los tres días consecutivos, no hay reportes sobre dependencia física y su potencial de dependencia psicológica es bajo considerando que cada viaje es una experiencia tan intensa que difícilmente se tiene la disposición de repetirla cotidianamente.
¿Qué hacer en caso de emergencia?
Hay varias clases de hongos venenosos parecidos a los psilocibos cuya ingestión puede tener consecuencias fatales. Las especies más peligrosas son Amanita phalloides, A. verna, A. virosa y las especies de Galerina que contienen amanitina, una potente toxina. De hecho puede bastar con ingerir parte de uno de estos hongos para ocasionar la muerte debido a necrosis aguda de hígado, riñones, corazón y músculos esqueléticos. Los síntomas de un envenenamiento con este tipo de hongos son tardíos, se presentan en un lapso de 6 a 24 horas después de la ingestión. Se inician con cólicos abdominales graves y diarrea profusa, vómitos y heces sanguinolentas, ictericia (pigmentación amarilla de la piel), edema pulmonar, confusión y depresión mental, hipoglusemia y signos de lesión cerebral con convulsiones. Es pues sumamente importante no ingerir ningún hongo cuya identificación no sea 100% confiable. Cualquier leve sospecha de que se ha cometido un error en la identificación debe considerarse una urgencia médica.
Las sobredosis con auténticos hongos psilocibos se hacen evidentes dentro de los 15 a 30 minutos después de la ingestión. Provocan dolor abdominal, náuseas y vómito. Aunque rara vez causan la muerte, se recomienda precipitar el vómito e ingerir jugos de fruta fortificados con glucosa. En caso de un malviaje hay que infundir confianza y serenidad al sujeto y administrar una tableta de niacina (Niacin®) para suavizar los efectos. De ser verdaderamente necesario, la medicina convencional recomienda recurrir a la administración de algún antipsicótico que contenga haloperidol (Haldol®) o clorpromazina (Largactil®).
HECHOS INTERESANTES
Régimen legal actual
La legislación respecto a los hongos psilocibos es ambigua, ya que sus principales alcaloides: psilocina y psilocibina, están prohibidos, pertenecen a la Lista I; sin embargo parece ser que nadie está seriamente interesado en evitar que la gente vaya al bosque y se coma algunos honguitos. Además hay diversos sitios alrededor de todo el mundo que venden las esporas por correo o en grow-shops para autocultivarlos e incluso venden kits completos para coadyuvar al éxito de esta tarea tan sofisticada.
El teonanácatl en el México prehispánico y la extática estatua de Xochipilli
En su Historia de los Indios de la Nueva España, Fray Toribio de Benavente (Motolinea) describe una antigua ceremonia con teonanácatl:
Lo primero que se comía durante la fiesta eran unos honguillos negros a los que llaman nanacatl, que tienen la virtud de embriagar, de dar alucinaciones y aun de mover a la lujuria. Los comen antes de hacerse de día, y comían también cacao antes de salir la aurora. Comían los honguillos con miel, y cuando por su influjo se sentían enardecidos, se ponían a bailar. Algunos cantaban, otros lloraban porque estaban ebrios. Los había que estaban sin voz; se sentaban como absortos, en la pieza en que se reunían. Unos creían morir y lloraban en su alucinación; otros se veían comidos por una fiera; otros se figuraban que hacían preso a un enemigo en la pelea; éste que sería rico; aquél que tendría muchos esclavos... Pasada la embriaguez platicaban entre sí de sus alucinaciones. (3)
Se supone que la potente mezcla de psicoactivos provocaba algún tipo de catarsis. El bebedor relataba sus conflictos y confesaba todos sus delitos sintiéndose después muy aliviado.
Jonathan Ott cita en su Pharmacoteon que el famoso Tezozómoc describió en 1598 la ingestión de hongos sagrados durante la coronación del emperador azteca Moctezuma en II en 1502. "...les dieron de comer a los extranjeros hongos de montaña, con ellos se embriagaron y así entraron a la danza..." (22)
Hasta la fecha se han descubierto más de 200 figuras con forma de hongo en Mesoamérica. La más vieja data del primer milenio a.C. Algunas fuentes antiguas sugieren que la lengua maya usaba nombres de hongos para el inframundo.
La prohibición cristiana del teonanácatl inició en 1656. De esa época data la siguiente descripción del culto por parte de un clérigo del Santo Oficio:
Para recogerlos, los sacerdotes y viejos, distinguidos como ministros para este engaño, van a las colinas y pasan casi toda la noche dando sermones y rezando supersticiosamente. Al amanecer, cuando empieza a soplar cierta brisa que ellos conocen, salen en su búsqueda, atribuyéndoles divinidad. Cuando se comen o beben, causan intoxicación, privan de sus sentidos a aquellos que los ingieren y les hacen creer mil absurdos. (31)
De acuerdo a las investigaciones congregadas en el magnífico libro de Richard Evans Shultes y Albert Hofmann, Plantas de los dioses: orígenes del uso de los alucinógenos, la conocida estatua de Xochipili (que adorna la portada de este libro), fue encontrada en las faldas del volcán Popocatépetl, y no sólo representa al príncipe de las flores sino más específicamente al príncipe de las flores embriagantes; esto es de los hongos, llamados en la poesía náhuatl "flores" y "flores que intoxican". Según la experta opinión de los doctores:
Su rostro está en estado de éxtasis, pareciera que contempla una intoxicación, tiene la cabeza ligeramente vuelta hacia arriba como si escuchara voces… El pedestal sobre el que está sentado tiene un diseño que representa cortes de sombreretes de Psylocibe aztecorum, hongo alucinógeno que únicamente crece en ese volcán. (31)
En la Enciclopedia de las Drogas Psicoactivas, en el tomo de Hongos, especies alucinógenas (37), Peter Frust y colegas presentan una gráfica donde se enumeran los adornos de la estatua junto con las plantas psicoactivas que pudieron haberlos inspirado.
Este es el dibujo de lo que ellos asociaban con el sombrerete de un hongo:
Lo cual yo dudaba mucho, hasta que navegando por la web me topé con esta foto de un grupo de hongos identifiacos como Marasmius oreades:
Hasta la fecha no he encontrado ninguna referencia acerca de si son psicoactivos o no, pero ya no me queda duda de que efectivamente pueden ser la inspiración para los bellos adornos del Xochipilli....
Las veladas mazatecas
Las ceremonias de teonanácatl que tradicionalmente se han venido realizando en algunos poblados de Oaxaca, principalmente en Huahutla de Jiménez, son sesiones que duran toda la noche y que pueden comprender un ritual curativo. Los mazatecos les llaman "veladas" y las efectúan bajo la guía de chamanes o curanderos que cantan durante varias horas mientras aplauden o emiten percusiones al golpear sus manos rítmicamente contra los muslos. Para participar en la velada es necesario estar limpio, esto significa abstenerse de beber alcohol y de tener relaciones sexuales por lo menos cuatro días antes y cuatro días después de la velada. Se cree que los hongos sagrados infligen severos castigos a quienes transgreden esta norma. Las veladas se realizan preferentemente en ayunas, frente a un altar con imágenes de santos iluminados con veladoras. Se quema copal y se entonan diversos cantos y plegarias tendientes a procurar el restablecimiento del enfermo.
Durante el estado de trance producido por los hongos, el curandero obtiene las respuestas necesarias para extirpar el mal, en caso de estar a su alcance. La más famosa chamana mazateca, Maria Sabina, explicó alguna vez su relación con los hongos en estos términos:
Hay un mundo más allá del nuestro, un mundo lejano cercano e invisible. Ahí vive Dios, viven la muerte y los espíritus y los santos; es un mundo donde todo ha sucedido y todo se sabe. Ese mundo habla, tiene un lenguaje propio. Yo repito lo que me dice. Los hongos sagrados me llevan y me traen al mundo donde todo se sabe. Son ellos, los hongos sagrados, los que hablan en una forma que yo puedo entender. Yo les pregunto y ellos me responden, Cuando regreso del viaje, digo lo que me han dicho, me han mostrado. (31)
María Sabina en una velada
Los hongos sagrados de María Sabina
La vida de María Sabina (1894-1985) fue bastante dura. Estuvo marcada por la pobreza y una saga de acontecimientos trágicos. Enviudó en dos ocasiones y su tercer esposo la abandonó. Algunos de sus hijos murieron en condiciones violentas y ella misma resultó balaceada al interponerse para salvar la vida de uno de ellos. Dos veces puso una tienda de abarrotes en su natal Huahutla y en ambas ocasiones tuvo que cerrar debido a los retrasos en los pagos de sus clientes. Pero aprendió a sobrepasar cada una de sus pérdidas y logró vivir sin rencores: "cuando veo cruzar en mi camino a aquel borracho que me hirió, lo saludo. Pobre, está descompuesto… es un hombre inservible. Su borrachera lo ha acabado" (7), decía.
La primera vez que comió hongos psilocibos era una niña y lo hizo orillada por el hambre, como ella misma le relató a su biógrafo, en días ordinarios toda su familia comía frijoles, si es que había, o se conformaba con puras tortillas. Un día se fue al monte, encontró unos hongos y se los comió: "No teníamos nada: sólo hambre, sólo frío… Ni siquiera sabía si eran alimento o veneno. Pero sentía que me hablaban. Después de comerlos oí voces. Voces que venían de otro mundo." María Sabina y su hermana María Ana hicieron de aquella ingestión casual una costumbre: "En unas veces el abuelo y en otras mi madre llegaban al monte y nos recogían del suelo, tiradas o arrodilladas. '¿Qué han hecho? preguntaban… Nunca nos regañaron ni nos golpearon por comer hongos, porque ellos sabían que no es bueno regañar a una persona que los ha tomado, ya que se le pueden provocar sentimientos encontrados y es posible que sienta que enloquece". Tiempo después supo que los hongos "eran como Dios":
Que daban sabiduría, que curaban las enfermedades y que nuestra gente hacía muchísimos años que los tomaban… Años más tarde, cuando quedé viuda por segunda vez, me entregué para siempre a la sabiduría, para curar las enfermedades de la gente y para yo estar siempre cerca de Dios… En verdad yo nací con mi destino. Ser sabia… Y nunca fui a la escuela donde pudiera aprender a leer, a escribir o a hablar castellano. Mis padres únicamente hablaron la lengua mazateca. Nunca aprendí otra lengua. Además no sabía qué era la escuela, ni sabía si existía; y si la hubiera habido yo no habría ido, porque no había tiempo. Anteriormente se trabajaba mucho. (7)
María Sabina viajando con cápsulas de psilocibina
Gordon Wasson era un prominente banquero estadounidense cuyo hobby, la etnomicología, lo llevaría a emprender un viaje en compañía de su familia a Huahutla de Jiménez, Oaxaca. La noche del 29 al 30 de junio de 1959, Wasson tuvo la oportunidad de ser convidado a una ceremonia guiada por un chamán mazateco, que a la sazón resultó ser María Sabina. A su regreso a los Estados Unidos Wasson publicó el recuento completo de su aventura en un artículo especial para la revista Life. Las apreciaciones que tuvo el banquero aquella noche se encuentran consignadas líneas atrás, en la descripción de los efectos psíquicos del teonanácatl. Por su parte, María Sabina describió aquel encuentro a su manera: "Cuando los extranjeros tomaron los niños santos conmigo, no sentí nada malo. La velada fue muy buena. Tuve visiones diferentes. Llegué a ver lugares que nunca había tenido imaginación de que existiesen. Llegué al lugar de origen de los extranjeros. Vi ciudades. Ciudades grandes. Muchas y grandes casas… Después supe que Wasson había quedado maravillado… vino otras veces. Trajo a su mujer y a su hija. También vinieron personas diferentes con él." (7)
Resulta que el artículo de Wasson cayó en manos del Dr. Albert Hofmann, el químico suizo que años antes había descubierto la LSD. Al doctor le interesó bastante el fenómeno de unos hongos capaces de provocar alucinaciones en un pueblo indígena de un país latinoamericano. Se las arregló para contactar a Wasson y juntos hicieron un segundo viaje a Oaxaca para recolectar diversas muestras de teonanácatl. Hofmann las analizó en su laboratorio de Suiza y logró aislar los principios activos del Psilocybe mexicana, a los que llamó psilocina y psilocibina. Hofmann estaba tan agradecido con María Sabina por su hospitalidad y cooperación que pensó en retribuir su gentileza regresando a Huahutla con un regalo insólito: cápsulas de psilocibina pura. María Sabina tomó las cápsulas y -según Hofmann- se mostró complacida y señaló la similitud de sus efectos, aunque no por ello dejó de usar sus hongos.
Según relata el mismo Hofmann:
María Sabina llevó a cabo el ritual de la forma acostumbrada. Ella tomó 30 mg, el equivalente aproximado a la cantidad de hongos que solía ingerir. Los efectos de los hongos son casi instantáneos y la sustancia aislada necesita una media hora, así que María Sabina empezó a inquietarse a los quince minutos. Le dimos una pequeña píldora adicional, pues lo que menos nos interesaba en este momento era empezar una discusión, y unos diez minutos más tarde comenzaron los efectos de lleno; la sesión duró toda la noche. María Sabina nos confesó más tarde no haber encontrado diferencia alguna. (21)
Los jipis invaden Huahutla de Jiménez
Para Álvaro Estrada, biógrafo de María Sabina, el encuentro entre Wasson y ella fue crucial. Según asegura, esto dio pie para que al paso del tiempo surgieran improvisados chamanes que iniciaron la comercialización de los ritos prehispánicos financiados por los hippies de la década de los sesenta que llegaron buscando en los sagrados hongos algo que "elevara el espíritu" y tenían suficiente dinero para gastar en esa búsqueda.
La misma María Sabina le contó a Álvaro Estrada:
En cierto tiempo vinieron jóvenes, hombres y mujeres, de largas cabelleras, con vestiduras extrañas. Vestían camisas de variados colores y usaban collares. Vinieron muchos. Algunos de estos jóvenes me buscaban para que yo me desvelara con el pequeño que brota. "Venimos a buscar a Dios" -decían. Para mí era difícil explicarles que las veladas no se hacían con el simple afán de encontrar a Dios, sino que se hace con el propósito único de curar las enfermedades que padece nuestra gente… (7)
En el verano de 1969 el ejército mexicano y agentes federales intervinieron Huahutla para expulsar a los jóvenes, extranjeros y mexicanos, que según reporta uno de sus moradores habían hecho del lugar "un centro de alucinogenación desenfrendada": Dice el mismo Estrada que "el comportamiento de los jóvenes mexicanos, entre los que se encontraban delincuentes y no pocos 'niños ricos' en busca de aventuras, fue lamentable." Se prohibieron en 1971, bajo el mandato de Gustavo Díaza Ordaz, cuyo hijo está involucrado en uno de los más famosos chismes relacionados con Huahutla, la supuesta visita de los miembros del grupo de música pop más famoso en aquellos momentos: The Beatles a la casa de María Sabina.
imagen escaneada del libro de Peter Furst: Hongos, especies alucinógenas
Aunque lugareños como Álvaro Estrada afirman que es simple imaginería popular, hay fuertes rumores sobre la llegada de un cezna en el que habrían aterrizado Carlos Ávila Camacho, John Lennon, George Harrison y una antropóloga llamada Brenda. Supuestamente se hospedaron en la "Posada Rosada", fumaron mota y salieron a buscar a María Sabina. Ella no quiso desvelarse con ellos porque se encontraba agotada y los citó a la noche siguiente. Como las estrellas no quisieron esperar, fueron a dar con otra chamana, Josefina Terán, quien les organizó una velada psilocíbica a cambio de unos pesos. Se supone también que en el transcurso de la misma, John Lennon se malviajó y salió de la choza gritando: "No permitiré que me maten. Esto es una farsa." Dicen... Yo lo escuché por el radio en "Argonáutica", un programa que conducía Jordi Soler en la Ciudad de México a principios de los noventa.
Terapeutas discípulos de María Sabina
Aunque la historia no lo consigna tan sonadamente como las visitas de Wasson, Hofmann, los Beatles (si es que fueron) y múltiples jipis, María Sabina también recibió la visita de médicos y psicólogos vanguardistas geniunamente interesadas en su saber como curandera y en las formas de utilizar los hongos sagrados dentro del contexto terapéutico occidental.
El doctor Salvador Roquet, quien hacía algunos años había realizado diversas labores de salubridad y asistencia pública entre los mixes de la Sierra de Oaxaca, fue iniciado en las técnicas chamánicas que involucraban el manejo de hongos psilocibos por la mítica María Sabina a principios de la década de los sesenta. Roquet también estudió con otros chamanes de la zona y del norte del territorio mexicano y tiempo después, en noviembre de 1967, en la calle de Monterrey 132, en la Ciudad de México, él mismo condujo su primera sesión neochamánica, que con el tiempo se convertiría en una nueva terapia bautizada como psicosíntesis.
Según sus propias palabras: "No se trataba de repetir lo hecho por diversos y muy respetables investigadores. Se trataba de aprovechar las extremadamente ricas posibilidades que ofrecía la etnobotánica de mi país, asimilando e integrando prácticas indígenas milenarias a la ciencia psiquiátrica moderna, con el respeto que ambas merecen." (28)
Se supone que Roquet trabajó con más de 1,700 pacientes, obteniendo una respuesta favorable al tratamiento en un 85% de los casos; cifra que contrasta con el bajo promedio de la psicoterapia clásica y sus altos costos. Con base en todas estas experiencias, Salvador Roquet y Pierre Fraveu desarrollaron una auténtica tesis filosófica sobre la razón de ser del humano en este planeta que bautizaron como "Teoría de la personalidad en la terapia de psicosíntesis". Esta teoría postula que la energía universal, el prana de los vedas, existe innegablemente y por lo tanto, el hombre como manifestación de esa energía es inmortal. Amor, dios y energía universal son un mismo concepto y los problemas mentales, especialmente la neurosis, se reducen a problemas de amor, "amor que es energía, vida y salud... el no logro del amor, el no poderlo alcanzar, realizar, implica por lo tanto enfermedad" (28) (ver más al respecto en el apartado de espiritualidad y terapias)
Richard Yensen, discípulo a su vez de Salvador Roquet también conoció a María Sabina a través de Roquet quien lo llevó a Huahutla a experimentar algunas sesiones con ella. Yensen dice: "Lo que sentí al participar en las ceremonias que hacía María Sabina era como traía ella su experiencia, su creencia, su fe la verdad de ella, a manejar todo el ritual de la sesión. Aprendí cómo ayudaba todo eso a la fuerza de la acción del enteógeno". (25)
En su libro Hacia una medicina psiquedélica, Yensen relata en detalle una de las ceremonias con María Sabina a la que asistió en 1974. En esa ocasión llegó a Huahutla en una avioneta cesna en la que viajaba con Roquet y otros investigadores estadounidenses: "Tras unos 45 minutos de vuelo sobre montañas cada vez más grandes, Salvador señaló el pueblo de Huahutla. Dijo que Huahutla significaba en mazateco 'nido de águila', y se podía entender por qué... el pueblo estaba colgado en un flanco de la cumbre de una montaña." (36)
A continuación trascribo una síntesis del interesante relato de Yensen acerca de aquella velada en la que se identificó como heredero de la tradición chamánica y artífice de su traslado hacia la psicoterapia:
María encendió las velas y colocó los cuadros de san Pedro y de la Virgen maría en el altar; ahora rodeado de luz. Fraccionó con cuidado los hongos sobre pieles de plátanos y hojas de diario. Durante todo el tiempo estuvo entonando sus extraños cántos de aire oriental. Se arrodilló ante el altar y cogió un manojo de hongos. Jim fue el primero en recibir el sacramento y mientras le daba los hongos le bendijo utilizando su nombre (le preguntó a don Manuel cada uno de nuestros nombres). El resto de los participantes de la ceremonia recibimos nuestros hongos del mismo modo, con los cantos y bendiciones de María.
[...] al dirigir mi vista a la luna y me vi desbordado por la sensación de haber llegado finalmente a mi meta. Comprendí que todas las sesiones con psiquedélicos que habían formado parte de mi entrenamiento a lo largo de los años, el esfuerzo, el sufrimiento y la determinación, habían confirmado la visión de una de mis primeras sesiones: utilizar los enteógenos para ayudar a la gente. Me sentí unido a María Sabina, a mi abuelo (que era médico de un pequeño pueblo de Panamá), a Salvador, así como a una esencia que los curanderos de todas las épocas habían compartido. Sentí que se trataba de una auténtica fraternidad dedicada a algo mayor de lo que podía representar cualquier individuo. Recordé que el curandero también toma siempre hongos y, de repente, cobraron sentidos los acontecimientos de esa tarde. Era mi rito de paso personal. [...] Me sentía como un hombre que hubiera aceptado un reto y lo hubiera convertido en una meta extraordinaria. Vi que yo también moriría, pero que al dedicar mi vida a los objetivosd e mi fraternidad daba setido y dirección a esta vida, y hacía de ella una ofrenda a lo divino. Estaba rodeado de almas que habían sido sanadoras en épocas distintas y eran miembros de ese grupo. El colectivo de estas almas era como una columna de radiante energía dorada. Me sentía bañado en amor y luz enmedio del luminoso grupo dorado. [...] Tenía la sensación de que en mi propia cultura, mediante mi trabajo con los enteógenos y la psicoterapia, ocuparía un papel semejante al de María Sabina. (36)
El experimento de Viernes Santo
En 1962, el médico Walter Phnke, como parte de su estudio para titularse en Harvard como doctor en religión, realizó un experimento que se hizo célebre en aquella época, conocido como "el experimento de Viernes Santo". En el marco de un servicio católico de Viernes Santo, Pahnke administró psilocibina a quince profesores y estudiantes de teología en la Universidad de Boston. El psicoactivo se administró a "doble ciego", esto es, que ni él ni sus voluntarios sabían quiénes recibirían psilocibina y quiénes ácido nicótico como placebo para constituir el grupo de control.
Los relatos de cada participante fueron evaluados de manera independiente por tres antiguos profesores de la escuela que se basaron en los nueve rasgos de la experiencia mística que enumeraba Walter Stace en su libro Misticism and Philosophy.
Los resultados mostraron que "las personas que recibieron psilocibina experimentaron fenómenos apenas diferenciables, cuando no idénticos, de las categorías definidas por la tipología del misticismo." (38)
Huston Smith, profesor de filosofía de las religiones comparadas en Berkeley y en el MIT, célebre autor de Las religiones del mundo del cual se han vendido dos millones de ejemplares en todo el planeta, está considerado como una autoridad mundial en este campo y fue precisamente uno de los profesores participantes de este célebre experimento. Smith actuó como guía de un grupo y le tocó recibir psilocibina.
Este es un resumen de sus vivencias que publicó tiempo después en La percepción divina:
El experimento fue muy intenso para mí y dejó un huella permanente en la visión del mundo que experimenté. (Digo "visión del mundo que experimenté" para distinguirlo de cómo pienso y creo que es el mundo.) Desde que puedo recordar he creído en Dios y he experimentado su presencia tanto dentro del mundo como cuando éste quedaba trascendentalmente eclipsado. Pero hasta el experimento de Viernes Santo no había tenido ningún encuentro personal directo con Dios del tipo de los que describen los bhakti yogis, los pentecostales, y los cristianos renacidos. El experimento de Viernes Santo cambió eso, porque el servicio se centró en Dios como encarnado en Cristo.
Para mí el clímax del servicio llegó durante un solo que fue interpretado por una soprano cuya voz (tal como la percibía bajo el prisma de la psilocibina) sólo puedo describir como angelical. Lo que cantó no fue más que un simple himno, pero entró tan profundamente en mi espíritu que los versos de apertura y de cierre quedaron grabados en mi memoria desde entonces.
Mis tiempos están en Tus manos, mi Dios, allí deseo que estén;
mi vida, mis amigos, mi espíritu, a tu cuidado dejo por completo...
Mis tiempos están en Tus manos, en Ti siempre confío,
y después de la muerte a tu derecha siempre estaré.
A la luz del día estas líneas nada tienen de particular, pero en el contexto del experimento lo dicen todo. Los tres últimos compases de cada verso ascendían a un acorde de séptima dominante, y concluían resolviéndose en el acorde de tónica. Es la forma más estereotipada que existe de terminar una melodía, pero el contexto la cambió por completo. Mi madre era profesora de música y me infundió una aguda sensibilidad para las resonancias armónicas. Cuando esa herencia musical y mi educación cristiana convergieron en la historia del Viernes Santo bajo el efecto de la psilocibina, la gestalt transformó una progresión musical rutinaria en el regreso al hogar más poderosamente cósmico que he experimentado jamás...
Sabía y había creído firmemente que Dios es amor y que ningún matiz del amor podría faltar en su naturaleza infinita; pero que Dios me amara y yo a él, en la forma concreta en que los seres humanos aman a otras personas, amando más aquello que la otra persona más desea dar y apartando de la vista todo aquello que pueda distraer esa relación sagrada, esa relación con Dios jamás la había tenido... he de decir que en su repercusión coronó las de mis otras epifanías enteógenas. En un tiempo entre unas seis semanas y tres meses (eso creo) realmente era mejor persona, incluso ahora, sigo estando seguro de ello. Pude prolongar hasta cierto punto la conciencia de que la vida era un milagro, cada momento de ella, y que la única forma apropiada de corresponder a ese regalo que habíamos recibido es ser concientes del mismo en cada momento y ser amables con todas las personas que se cruzan por nuestra vida. Para llevar estos sentimientos en tu interior al campus del Massachusetts Institute of Technology se requiere valor. (38)
Todos los experimentos en los que Huston Smith participó o de los que tuvo noticia durante esa época lo llevaron a observar que estadísticamente "parece que entre un cuarto y un tercio de la población general tendría una experiencia religiosa si tomara ciertas drogas en condiciones naturales, es decir, en condiciones en que el investigador apoya a la persona pero no interfiere en el curso que tome la experiencia". Señala también que entre las personas que tienen una fuerte proclividad religiosa, "la proporción de los que tendrían experiencias religiosas se eleva a tres cuartas partes"; y "si los individuos toman las drogas en entornos religiosos, el porcentaje es de nueve entre diez". (38) (Más al respecto en espiritualidad y terapias)
Higinio González y el Instituto de Psicosíntesis Interactiva Salvador Roquet
Higinio González es un mexicano que durante los sesenta vivió el esplendor de la época hippy, realizó frecuentes visitas a la sierra mazateca y otros lugares de poder del territorio mexicano. Después del 68 se marchó a California, donde entró en contacto con diversos grupos dedicados al estudio científico de los enteógenos y los estados modificados de conciencia. Entre otros, trabó amistad con Gary Fisher, Terence McKenna, Ralph Abraham y Rupert Sheldrake.
En la década de los noventa regresó a México aquejado de una enfermedad "incurable" y se dirigió a Huahutla, donde efectivamente se curó con la ayuda de los chamanes y sus hongos; así es que decidió quedarse a vivir de nuevo en su país y está dispuesto a llevar a la práctica todo lo que aprendió en California y lo que está aprendiendo ahora con los chamanes mazatecos con quienes se ha puestoa a estudiar.
En una entrevista con Juanjo Piñeiro para su libro Psiconautas (25), al hablar de sus recuerdos de la Huautla de María Sabina, Higinio confiesa:
Acá en México, ahora nos llaman "jipitecas" -un nombre que creó el escritor José Agustín- a los viejos ex-hippies que fuimos en los sesentas y setentas... Nosotros no nos poníamos ningún nombre; vivíamos lo que era para nosotros la paz y el amor, y esa filosofía la tratábamos de difundir. [...] Yo creo que lo que podemos aportar nosotros los viejos es el conocimiento que tal vez logramos dando pasos a ciegas, a tientas. [...] Yo pienso que el mayor error fue el abuso de estas sustancias. En ese entonces conocíamos muy poco de qué era lo que estábamos ingiriendo. Muchas veces utilizábamos todo tipo de sustancias: enteógenos, amfetaminas, barbitúricos, alcohol; y ese abuso fue parte de nuestra propia decadencia. Hoy pienso que hay que ser muy selectivo a la hora de usar sustancias, y ahora hay muchísima información disponible ya, por lo que puedes evitar caer en problemas de adicción en la heroína, cocaína, o cosas así. [...] Yo siento que en esa época estábamos mucho más influenciados por las cuestiones revolucionarias; se trataba más bien de atacar al enemigo. Ahora yo lo veo diferente, el movimiento es más bien evolucionario, más que revolucionario como hace unas décadas. (25)
Respecto a sus experiencias con hongos psicoactivos comenta:
[...] con el hongo uno conecta con esa energía conciente que está en nosotros, impresa en nuestro ADN, en nuestras células. Sí me he sentido conectado con el Todo, y no he sentido una inteligencia como fuera, sunca he experimentado eso. He sentido que está inteligencia está en mí, y como está en mí, está en todo. En el momento de tener la experiencia con el hongo siento que esta fuerza o inteligencia está en todo. Yo me he sentido conectado con formas, so sólamente de vida, sino formas materiaales cuyas estructuras atómicas de alguna manera vibran a la misma frecuencia con la que yo estoy vibrando. Esa inteligencia que he percibido comop parte mía, a su vez es parte del cosmos. (25)
Dice Higino que a su entender la ingestión de las plantas visionarias es un intento de los seres humanos por evolucionar aceleradamente ya que te ahorra años de trabajo en otros caminos como podría ser el de la meditación, además te permiten vislumbrar a qué lugares puedes acceder trabajando en ti mismo y te ayudan a quitarte "velos acumulados durante nuestro paso por el planeta: toda esa carga tribal, cultural, patriótica, religiosa, estcétera, que nos ata, nos sujeta, nos aprisiona, nos llena de miedos y nos lleva al suicidio existencial". (25) Así que a los jóvenes psiconautas "herederos de una tradición que surgió hace muy poco", nos recomienda:
[...] vencer el miedo a embarcarse, pero no hacerlo a ciegas: que utilicen la información que está disponible, que preparen su entorno y el momento adecuado, que conozcan perfectamente las dosis y las sustancias que ingieren, y que estén dispuestos a cambiar de piel, es decir, a dejar atrás sus viejas estructuras, ya que morir a lo que crees que eres no es algo que en principio sea placentero, y se necesita coraje para afrontarlo. Recomiendo también que siempre se haga en compañía de personas en las que confías, y evitar por completo situaciones y personas ajenas a la experiencia, como meterte al cine o estar con gente que no sabe que estás viajando; también que reconozcan el poder que tienen los enteógenos, y que actúan en tu sistema nervioso de una forma que no te puedes imaginar, y que sólo al descubrirlos podrás descubrir esa fuerza que te sacude tu actual estado de creencias. Has de estar preparado incluso para no tener una experiencia relevante, o que te cause temor, o que te lleve a estados de misticismo puro, o simplemente te dé un espléndido juego de colores, de formas y sabores, de sonidos deliciosos, y que te transporte a mundos que no tienen nada que ver con lo que llamamos realidad. (25)
Actualmente Higinio González vive en la ciudad de Puebla donde ha montado una galería de arte con sus trabajos, que son recreaciones de la estética maya y de sus visiones utilizando enteógenos; además ha fundado, junto con sus colaboradores, el Instituto de Psicosíntesis Interactiva Salvador Roquet (ver más acerca del trabajo doctor Roquet en Espiritualidad y Terapias). Entre sus propósitos se encuentran los siguientes: el estudio e investigación de la tradición indígena respecto al uso de plantas sagradas; psicoterapia con enteógenos; lecturas y pláticas acerca de estas sustancias; programa de ayuda a personas con el padecimiento del SIDA; biblioteca enteogénica; y con el tiempo, crear un espacio para aquellos psiconautas interesados en visitar México para conocer la tradición indígena y hacer sus propias aportaciones.
Dice Higinio en un mail que le mandó a Juanjo Piñeiro y que éste reprodujo en las páginas de Psiconautas:
El instituto está en sus primeras fases, cualquier ayuda financiera, bibliográfica o de equipo será aceptada gustosamente; el Instituto -que no tiene fines de lucro- utilizará todos los recursos para la investigación y la difusión de los enteógenos con personas capacitadas y está abierto a aceptar miembros que puedan aportar cualquier beneficio o sugerencias para lograr su mejor desempeño. Se planea editar un boletín para hacerlo llegar a todo aquel que contribuya con el Instituto. (25)
Instituto de Psicosíntesis Interactiva Salvador Roquet
25 Oriente 1605-D
Puebla, Puebla, México,
CP 72500.
Tél: (22) 43-36-08
E-mail: sinestesia@mailcity.com
Después de leer el libro le mandé un e-mail a Higino para preguntarle cómo iba el instituto y me contestó que el proyecto estaba un poco detendio porque él se estaba dedicando de tiempo completo a terminar una traducción y que reanudaría sus esfuerzos de sacar adelante el proyecto del instituto una vez que terminara. Estaremos al tanto...
Juanjo Piñeiro y su búsqueda de los hongos sagrados en Huahutla
En la saga de su primer libro En busca de las plantas sagradas, donde relata sus viajes a la zona del Amazonas y sus experiencias con ayahuasca y San Pedro, el autor español Juanjo Piñeiro escribió otro libro llamado El despertar del hongo. Diario de un psiconauta en México (24).
Aún no he tenido oportunidad de leerlo así es que no puedo reseñarlo, sin embargo, en la misma entrevista que Juanjo le hizo a Higinio González, cuyo contenido sinteticé líneas atrás, Juanjo comenta que estaba decepcionado de sus experiencias en Huahutla pues se encontró con un comercio organizado en donde la mayoría de los chamanes, gente de escasos
recursos, improvizan ceremonias con hongos para satisfacer la demanda de los occidentales que llegan al lugar atraídos por la fama, sin tener mayor conocimiento sobre el tema, y ofreciendo hongos de muy mala calidad:
Los chamanes compran los hongos a quienes los recogen, a horas de caminata desde el pueblo, en lugares que han monopolizado los comerciantes del hongo, que impiden bajo amenaza de muerte que nadie -mazateco o no- se acerque por allí a recolectarlos. El problema es que estos chamanes compran hongos cuando hay oferta de ellos, y los guardan hasta que algún occidental contrata con ellos una ceremonia; lo que sucede es que muchas veces esos hongos están ya en mal estado, porque han sido mal conservados; como mucho los guardan en miel, lo que según Jonathan Ott es totalmente ineficaz para que no desaparezca la psilocibina. (25)
Dice Juanjo que hasta los mismo mazatecos les llaman "curanderos rateros", pues no sólo estafan a los extranjeros sino a sus mismos paisanos. Otra cosa que menciona al respecto y me gustaría citar aquí para dejar constancia, fue el malviaje que tuvo un amigo catalán que con toda su buena fe se lanzó a Huahutla y tuvo una mala experiencia que Juanjo le ayudó a integrar:
Los chamanes o chamanas de Huautla no te suelen preparar para la experiencia. Simplemente tú les pagas, y ellos te dan los hongos en medio de un ritual que es extraño para nosotros. Hace poco nos encontramos un catalán que venía de Huahutla, y venía aterrado y traumatizado tras su experiencia allí, porque nadie le había preparado para ella. De hecho, la chamana se había ido a dormir antes que los efectos del hongo -en su caso dramáticos- se desplegaran, encontrándose solo cuando suciedió. Este chico en principio no quería ni oír hablar de los hongos más, aunque al mismo tiempo necesitaba hablar con alguien de su experiencia, que alguien le ayudara a integrarla, algo que no hacen la mayoríuade los chamanes. Primero intentamos que se diese cuenta de que los honguitos o lo que sea, no son el problema en sí, sino la preparación, la compañía o el ambiente en que tomas un enteógeno, y en la medida de nuestras probabilidades le ayudamos: este chaval había tenido en esa cabaña lo que Grof llama una "muerte del ego", y dudo que aunque la chamana hubiera estado con él hubiera sabido ayudarle; sólo explicarle "a lo occidental" lo que le había pasado le ayudó a sentirse mejor. Los chamanes están preparados para ayudar a su gete, pero no siempre a los occidentales, que tenemos una mente diferente, para bien o para mal. (25)
Debido a este y otros comentarios similares que he escuchado, recomiendo a quien se quiera aventurar por Huahutla que primero contacte con Higinio González (sus datos están arriba), pues él tiene la intención de montar un lugar apropiado y servir de guía e intermediario. Como le dijo a Juanjo:
Nuestra expereincia en la sierra mazateca también ha sido un poco decepcionante, porque la mayoría de los curanderos o chamanes se han comercializado mucho; y aunque sean buenos, al no conocer ellos la cultura occidental o nosotros la indígena, es difícil la comprensión mutua. [...] Entonces una de nuestras ideas, es crear nosotros -mestizos semioccidentales que vivimos en este país tan mágico, en el que encontramos tantas contradicciones- un espacio para los psiconautas de Europa o los psiconautas urbanos de acá, que ustedes tengan un espacio donde venir a probar los hongos, las plantas psicoactivas o el peyote sin que medie el comercio. Nos gustaría crear un lugar para que lleguen las personas que quieran acá, y dar cierto tipo de preparación por parte de personas que ya están familiarizadas con los enteógenos. Y hacer esto entre occidentales y nosotros, que somos mestizos y estamos entre el indígena y el occidental en cierto modo, mediando entre ustedes y algunos chamanes indígenas que hemos conocido y merecen confianza. (25)
Las experiencias de mis amigos en Huahutla, Tepoztlán y Palenque
No todos los extranjeros se han ido con experiencias decepcionantes de Huahutla. Yo conozco varias personas que han tenido buena suerte y se han contactado con chamanes honrados y han regresado con experiencias bastante satisfactorias. A dos de ellos los entrevisté en el 99, ella es puertorriqueña y él español. En aquel entonces vivíamos los tres en Tepoztlán y ellos habían hecho un primer viaje a Huahutla del cual regresaron muy contentos. Después de la entrevista se integraron a un grupo de personas en Tepoztlán que contrataban los servicios de una curandera de Huahutla y su hijo. Ellos venían aproximadamente dos o tres veces al año a hacerles una velada especial a los tepostizos (que es como los tepoztecos llaman a todos los extranjeros y nacionales que no hayan nacido en el lugar pero viven allí). De acuerdo a la cantidad de hongos que hubiesen podido recolectar, la chamana y su hijo le decían con anticipación a la organizadora a cuántas personas podrían atender, y luego ésta llamaba a sus amigos en lista de espera y los que podían asistir recibían sanación de esta chamana que guiaba con sus cantos la velada y normalmente tenían una experiencia agradable entre amigos, con hongos de buena calidad y a un precio razonable.
De su primer viaje en Huahutla, mi amigo Miguel relata:
Recuerdo que en algunos momentos era muy interesante porque que el honguito me enseñaba, por ejemplo, aspectos de mi personalidad negativos, oscuros y aspectos luminosos. Y me enseñaba cómo manejar mis aspectos luminosos para manejar lo oscuro. Así es que eran lecciones que estaban allí y sí creo que está la posibilidad de trabajar ¿no? E igualmente el sentir la presencia de Dios tan fuerte y tener esa sensación de lo que era la iluminación, de lo que era el estado de gracia quizá… Durante muchos días tuve la impresión de sentir lo que era la presencia de Dios y en ese sentido, pues creo que esas cosas te pueden ayudar a percibirte a ti mismo, a percibir tus estados de gracia o tus estados negativos y a percibir la imagen de Dios que yo creo que es un concepto importante para la meditación o tu guía de vida.
Su esposa comenta:
Isabel: [...] Miguel casi siempre ve a Dios, los angelitos y todo ese tipo de cosas, chévere pero yo no. No veo demonios, pero no lo veo tan celestial, lo veo muy dirigido a mis procesos, a los procesos que estoy en ese momento. Pero definitivamente yo creo que hay que tratar esto con mucho respeto porque puede ser un factor precipitante para tú desbalancearte.
Miguel: Yo creo que sí hay un riesgo en tomar estas cosas. Yo creo que todos, yo mismo y todos, en algún momento cuando tomas estas plantas enfrentas a tu negatividad y tu oscuridad. Así que, yo creo que por eso me parece importante hacerlo con seriedad. Sin embargo yo creo que estas plantas son para que la gente las use. Lo que pasa es que tienes que usarla en algún ritual sagrado e idealmente con algún tipo de protección. Por eso es ideal tener un guía, con chamanes o algún tipo de guía espiritual yo creo que sería la manera más adecuada. Por tanto yo no lo recomendaría fuera de un contexto sagrado y preparándose un poco para hacerlo ¿verdad? Pero [...] pienso que son plantas que son para usarse y no sé si todo el mundo, pero sí son plantas que están hechas para que la gente las use, sin necesidad de que sea alguien muy especial, yo creo que cualquier persona las puede usar siempre que esté acompañado por un guía adecuado o en un contexto adecuado.
Tengo otro amigo, X, un mexicano nacido en La Paz, que básicamente se dedica a viajar, interna y externamente. Él recolecta sus propios hongos en temporada de lluvias y su propio peyote en temporada de secas, y cuenta que no es el único. Hay un pequeño círculo silencioso de gente que "sube" y que "baja" por el territorio mexicano en las distintas épocas del año. También hay quienes sólo suben o quienes sólo bajan. En primavera van a Oaxaca y Chiapas, por los alrededores de Huahutla y Palenque; y en verano suben a La Huasteca, por las zonas del Quemado y Wuatley. Mi amigo X estuvo presente en la entrevista a Isabel y Miguel y ellos mismos le preguntaron a él cómo iba esto:
Miguel: ¿A dónde eso de bajar? No entendí.
X: Bajar, a Chiapas, a Oaxaca, a lugares donde se encuentran los hongos. Mucha gente que se mantiene aquí en el medio de la República o en el norte, baja en temporadas. Así como muchos de acá suben en temporadas al desierto. Normalmente así es como lo hace mucha gente aquí… de junio en adelante es cuando bajan y luego suben.
Miguel: ¿Qué tipo de hongos? ¿No son los mismos de Huahutla?
X: Sí, son los mismos. En Palenque, los pajaritos y los derrumbes. La diferencia es que en Huahutla encuentra uno San Isidros, lo mismo que en San José del Pacífico. También, los grupos que se reúnen más al sur en este tipo de viajes se me hacen así más como rainbow ¿no? Así más como que vive la vida alegre, pero también como en cierta parte esconden mucho; o sea mucha gente también lleva muchas frustraciones muy reprimidas ¿no? Porque se dicen jipis pero en alguna forma también ellos están afectando no sólo su entorno sino exteriormente ¿no? Los que ya van un poco más hacia el desierto, y tienen más contacto con el peyote, realmente ya es gente un poco más profunda, mas deep ¿no? gente que ya se le puede hablar en otros parámetros, por decir algo.
Yo le pregunté si hablaba del fenómeno los llamados "neojipis de coyoacán" que salen del DF a devastar zonas protegidas en busca de experiencias psicoactivas. Esto fue lo que respondió:
X: Bueno, este tipo de gente es totalmente diferente a la gente que baja con esa perspectiva de morbo o por no sé otras cosas… Pues sí, esta gente es totalmente diferente. Es gente de otro rollo que se dedica también al estudio espiritual que tiene un contacto más que nada como de amistad con este tipo de plantas. Porque sienten como un compromiso o más que compromiso, una sensación de regresar en ciertas temporadas porque se podría decir que esta planta al ser tan poderosa y tan sagrada, de alguna manera les llama también. Por ejemplo a mí el mar, las montañas, las sensaciones en diferentes latitudes me llaman ¿no? No es de que yo lo diga, voy a ir acá, voy a hacer esto, sino que siento esa no sé… como que algo me impulsa a ir porque sé que debo de estar allá en ese momento y llego ¿no? efectivamente. Y las temporadas de lluvias ser me hacen tiempos de hongos porque sé que los va a ver y porque sé que es tiempo en que me reencuentro con gente que un año atrás vi en otra parte de la República… porque se entra en un contacto muy comunitario, por decir algo, y a la vez también muy espiritual, ¿no? porque sabes que hay mucha gente bajando y sabes que te vas a encontrar con eso y también con la planta. Pero no sé, son diferentes formas de verlo… Hay gente entre los cuarenta y cincuenta años, extranjeros, por lo regular, y mexicanos ya te digo dedicados al chamanismo y cosas así medio esotéricas; todo ese tipo de gente que busca mucho la espiritualidad, el lado oculto y anda en ese tipo de latitudes… en este rollo de estar una temporada arriba y otra abajo… (Ir a la entrevista completa a Miguel, Isabel y X)
Tiempo después de conocer a X conocí, también en Tepoztlán, a otros nómadas que vendían cuarzos y piedras y me contaron algo de sus viajes. Lo que tenían en común con X era su juventud, su aversión por las ciudades, los libros, las grabadoras y en general todas las cuestiones tecnológicas (imposible que alguno tuviera un mail o supiera navegar por internet, de hecho estaba mal visto entre ellos). Se parecen mucho a los okupas europeos. Conocían a algunos chamanes pero en general preferían viajar solos o en pequeños grupos con quienes normalmente comparten la comida, el tabaco, la marihuana, el tequila y la cerveza que tengan, tocan algún instrumento, hablan poco y cohabitan por temporadas en las "casas de todos" que hay entre "arriba y abajo". Ellos iban hacia "abajo" y se fueron sin que tuviese oportunidad de entrevistarlos.
La visión de Terence Mckena acerca del origen extrafísico de la psilocibina
Terence McKena es uno de los investigadores más reputados en relación con el consumo y la reproducción de especies de hongos psicoactivos. Ha publicado diversos artículos e incluso una guía ilustrada acerca del cultivo y la reproducción casera de los mismos. Y por supuesto también ha entrado al terreno de la especulación enteogénica.
En su libro El manjar de los Dioses (18), McKena explora la influencia de los hongos psilocibos en el origen de la humanidad y el desarrollo de la cultura. Desde su perspectiva, los alcaloides de estos hongos y otras plantas psicoactivas serían catalizadores de la evolución humana porque "lo que los psiquedélicos hacen es transformar a la gente que los usa en gente más lista e inteligente".
Entre otras cosas, también sostiene la teoría de que es posible que los hongos psilocibos sean tecnología procedente del espacio exterior, tecnología de otra civilización inteligente, ya que aunque el hongo aparezca en principio como parte de la biósfera, químicamente, su evolución natural es muy improbable:
[...] si tenemos en cuenta que la psilocibina es el único indol de 4 sustituciones que aparece en la Tierra, podemos pensar que en realidad es algo artificial, exterior a nuestro planeta, un artefacto tecnológico procedente de una civilización muy avanzada que comprendió la biología. Si miramos el hongo desde este punto de vista, parece mucho más el resultado de un proyecto de ingeniería genética que el producto de la evolución de nuestro planeta. La morfología estructural del hongo es una red, y anticipa el sistema nervioso de los mamíferos o Internet. El hongo psilocibo parece más una herramienta para almacenar información, diseñada para sobrevivir en las condiciones del espacio exterior, viajar por el universo en esporas hasta que alcanza un ambiente adecuado, y reproducirse, transmitiendo la información de otra civilización inteligente al actuar en nuestro cerebro. Puedo imaginar algo semejante realizado por el ser humano en el futuro. (25)
Carlos Castaneda y el mito del "humito" según Ott
En las páginas de su clásico y súper documentado Pharmacoteon, el farmacólogo Jonathan Ott comenta que la publicación del primero de los célebres libros de Carlos Castaneda en 1968: Las enseñanzas de Don Juan (publicado por el Fondo de Cultura en México y avalado por un prólogo de Octavio Paz, galardonado con el premio Nóbel de literatura tiempo después), contribuyó mucho a estimular el interés por los hongos psicoactivos en Estados Unidos y en todo el mundo.
Castaneda comentaba en este libro que Don Juan le dio una mezcla psicoactiva llamada "humito" hecha con hongos que Don Juan secaba durante un año hasta reducirlos a polvo para después mezclarlo con otras cinco plantas secas y fumarlo. Jonathan Ott, considera que tal cosa es "altamente improbable".
Dice que: "Cuando se secan, los hongos no se vuelven polvo, y es de esperar que después de un año de estar guardados dentro de una calabaza habrán perdido mucha (si no toda) su potencia." Señala también que no hay reportes acerca del uso de hongos entre los yaquis, que los hongos no se fuman y que "tampoco son muy efectivos cuando se usan de esa manera". (22) Por último advierte que en sus segundo libro Castaneda cae en inconsistencias respecto al primero y diagnostica por ello que se trata de pura ciencia ficción... Pero también podría ser puro "efecto placebo" y/o impresición farmacológica para los que quieran conservar el mito y más que nada, la validez de las enseñanzas de Don Juan.
El primer Bardo y las imágenes visuales
Los esposos Alexander y Ann Shulguin, autores de los libros PHIKAL y THIKAL son una pareja de psiconautas dedicados al estudio de las sustancias psicoactivas. Él es químico y diseñador de drogas, ella fue terapeuta durante varios años. Ambos han reunido sus talentos para escribir los citados libros narrando pormenorizadamente sus experiencias con todo tipo de psicoactivos además de dar a conocer masivamente las fórmulas químicas y la manera de sintetizar cada uno de ellos, "extrayéndolos de muchas plantas ordinarias para que los medios de la exploración psiquedélica no puedan ser controlados de nuevo", según reza la contraportada de THIKAL.
Este título es un acrónimo de Triptamines I Have Known And Love (triptaminas que he conocido y amado).
En el capítulo 5 de este voluminoso libro, Ann relata su primer viaje con hongos junto con Sura (como le llama a su esposo). Cada uno consumió un gramo y medio de Psilociybe cubensis mezclado con pequeños trozos de otra variedad. Los comieron crudos, en su casa, con música de Bach y Rachmaninoff de fondo. Al principio Ann sintió una presencia no muy amigable cerca de ella, la acceptó como su propia proyección y quiso distraerse escribiendo en su ordenador, pero le resultó imposible ver el teclado entre los "racimos de patrones de colores" que se superponían a él. Así es que optó por escribir más tarde y se fue a recostar al lado de
su esposo quien le sugirió que cerrara los ojos y le describiera los patrones que veía. Ella accedio, y según relata:
Lo que vi sobre un fondo negro fueron pequeñas piezas curvadas que parecían listones flotantes, y encima del borde de cada listón había pequeños cuadros espaciados, tres en cada listón; y tanto los listones como los cuadros eran de varios colores, blanco grisáceo, rojo oscuro, verde y amarillo. La escena completa me parecía fea y aburrida, como el patrón de un piso de linóleum de los 1930s de mal gusto. Abrí mi boca para describírselo a Shura, y no pude hablar. La parte más extraña de eso fue -como descubrí después- que no tenía dificultad en usar palabras para cualquier otra cosa; cualquier otra cosa que no fueran las imágenes que estaba viendo. (30)
Su esposo le aconsejó que dejara de pensar y simplemente experimentara, asegurándole que las palabras volverían más tarde, ya que esto la tenía preocupada. Así es que ella se recostó sobre su espalda, "mirando fijamente el frustrante enredo de líneas y puntos entre el techo y yo, preguntándome qué se suponía que debía hacer con ello. Había reconocido la proyección de lo que llamo mi Observador, pero más allá de eso, ¿qué utilidad tenía?" Y así continuó sumida en el loop de sus reflexiones observando después otra serie de formas que le parecieron como amíbas hasta que se le bajaron los efectos y pudo irse a escribir a su computadora. Hasta entonces pudo describir con palabras lo que veía.
Días después Ann se topó en una reunión con Sara Vincent, una estudiosa del fenómeno psiquedélico desde los sesenta, cuya área de especialización son las ondas cerebrales y la telepatía; y recientemente había publicado un libro al respecto.
Ann la puso al tanto de lo que le ocurrió durante su viaje con hongos preguntándole si tenía alguna explicación fisiológica para ello. Sara le comentó que todo lo que percibimos, excepto a través del olfato, tiene que pasar por el tálamo para llegar al córtex cerebral, y en el área del tálamo están, tanto la intención como el "tablero de control", y muchas veces en la experiencia con visionarios el uso de la verbalización interfiere la visualización o viceversa. En el caso de Ann, las fuertes visualizaciones fueron las que interfirieron temporalmente sobre su capacidad de verbalizar lo que veía. Respecto al tipo de visiones que tuvo, Sara le explicó:
El tipo de visiones que tuviste proviene en parte de tu pre-conciente, parte es lo que recoges del ambiente, y otra parte es una proyección de tus propios conos y bastones oculares, esos son la clase de patrones que generan. [...] Hay toda una sección en El libro tibetano de los muertos que Tim Leary y otros tradujeron que se refiere a esto. Ellos lo llamaron La Experiencia Psicodélica [...] No es un estado muy avanzado, necesariamente, y no tienes que apreciarlo, ni aceptarlo. (30)
Para que la Shuilgin entendiera mejor, la Vincent le relató un experimento visual que practicó entre un grupo de alumnos suyos "ansiosos por experimentar juegos mentales":
Usé un viejo proyector de 16 milímetros como una luz estroboscópica suave en la cual la taza de pulsación pudiera ser cambiada a diferentes frecuencias para ajustarlas a las ondas cerebrales naturales. Las viejas películas corren a 18 cuadros por segundo, que es suficientemente rápido para que podamos ver las diferentes imágenes separadas como una imagen en movimiento contínuo. Pero a 13 cuadros por segundo, mis estudiantes captaron y dibujaron patrones de onda de interferencia [...] Entre 6 y 10 cuadros por segundo -lo cual se ajusta al rango de las frecuencias cerebrales theta y alfa- la mayoría de los estudiantes dibujaron patrones con figuras de mandalas diseñados con puntos. Según sus descripciones los patrones se movían constantemente, de rojo a verde, o de rojo-anaranjado a azul en direcciones opuestas. Verás, cuando estás enviando a tu ojo una señal en la velocidad en que la 've', entonces estás viendo a aquello con lo que ves. (30)
Como Ann puso cara de no haber entendido suficientemente bien, Sara continuó:
En otras palabras [...] Si tomas un proyector y proyectas su propia luz llanamente en la pared, y luego cierras la apertura de la luz, ¡lo que verás en la pared es el filamento de la misma lámpara del proyector! Cuando haces brillar una luz en los ojos de alguien a la misma velocidad que la onda cerebral del córtex visual, es como mirar el filamento del proyector; los conos y los vastones se proyectan en la luz parpadeante. Algunas veces las formas de pensamiento también se proyectan en el medio [...] Así es que parte de lo que estás viendo puede estar relacionado con la energía de la persona a la que ves, y parte es aquello con lo que ves. Es un estado muy pero muy primitivo de visión. Es uno de los primeros Bardos y te puedes quedar allí atascado durante un tiempo. (30)
Sara le sugirió a Ann que no tratara de controlar la experiencia, que sólo se dejara experimentar realmente. En estos casos es recomendable olvidarse de cualquier intento de verbalización para que la experiencia avance más allá de las visiones y se acerque a lo transpersonal (Ver más acerca de la experiencias transpersonales en cartografía de la experiencia psicoactiva).
Algunas recomendaciones para el consumo no ritual de teonanácatl
Este par de recomendaciones circulan en internet:
- asegúrate de que tus hongos sean psilocibos y no venenosos;
- en caso de que seas un necio y no te hayas asegurado por completo de que tus psilocibos sean tales procura no viajar solo ni muy lejos de la civilización.
Antonio Escohotado aconseja:
- el ayuno es especialmente recomendable desde la noche previa al día en que haya de verificarse la administración, para lograr los máximos efectos con mínimas dosis;
- la buena miel es un tónico excelente, una cucharada de té cada par de horas mejora o mantiene el estado psicofísico. (5)
Esencias Chamánicas de México: hongos psiocoactivos
Utilizando las frecuencias vibratorias de diversas plantas ancestrales de poder que emplean en sus prácticas los chamanes mexicanos, el Dr. Luis Solana y Sentíes desarrolló algo que podría describirse como una combinación entre los remedios homeopáticos y los elíxires florales (de Bach). Los llamó Esencias Chamánicas de México.
Se trata de un set de 21 frasquitos con goteros que contienen agua a la cual se le han trasladado las frecuencias vibratorias de diversas plantas de poder. Cada molécula de agua, posee un polo positivo y un polo negativo, por lo cual actúa como un pequeño imán, adhiriéndose a sus moléculas vecinas para formar clusters, o sea, grupos de varios cientos de moléculas. Estos clusters son estructuras muy delicadas y sensibles a las influencias vibratorias, por lo cual pueden memorizar cierta información, según algunos científicos vanguardistas.
El ser humano está constituido casi por un 80% de agua y se supone que esta agua contiene información de sucesos que nos han ocurrido desde el momento de nuestra concepción hasta el tiempo presente, además de información de sucesos acaecidos a cualquiera de nuestros ancestros y que se han venido transmitiendo en nuestro linaje genético.
La capacidad del agua de ser afectada por las vibraciones está estrechamente relacionada con la actividad terapéutica de los remedios homeopáticos, de las esencias o elixires florales y con varias otras terapias alternativas. Se supone que la homeopatía y los remedios florales actúan debido a dicha capacidad del agua de guardar en su memoria, frecuencias vibratorias que al encontrar un nuevo hidroambiente comparten con éste su información. La hipótesis es que esta información resuena vibracionalmente con la información pre-contenida por el liquido corporal de destino y por lo tanto se reproduce un fenómeno dependiente de la ley física que establece que “si dos fuerzas energéticas de igual frecuencia y potencial se anteponen una a la otra, el resultado es la anulación de ambas”, así si oponemos un haz de luz a otro idéntico, el resultado será la oscuridad o bien, si se tratara de ondas de sonido, el resultado sería el silencio.
En el caso de las Esencias Chamánicas de México la información que contienen ayuda a anular memorias inconscientes de traumas personales o trasnpersonales (o sea pertenecientes a nuestros ancestros o a nosotros mismos pero antes de nacer). Varios terapeutas que han trabajado con ellos, como el Dr. Eduardo Grecco, afirman:
Los remedios Chamánicos que nos aporta el doctor Solana han demostrado en el trabajo clínico una eficacia significativa para alcanzar niveles muy arcaicos de los patrones ancestrales que nos atan al pasado y nos condenan a quedar prisioneros de circuitos de repetición de conductas. De esta manera he podido comprobar en mi práctica terapéutica personal, y en la de muchos de mis alumnos supervisados, que estos remedios ayudan significativamente, no sólo al alivio del dolor, sino a la transformación que nos ponen en el camino de la curación. (39)
El set de las 21 esencias contiene varios hongos psicoactivos de los cuales, el Dr. Solana ha observado que sirven para lo siguiente:
HS1. Angelito:
Para pacientes que en lo Trans-personal traen grabadas dos posibilidades, o vivieron el abandono y aun no superan dicho aprendizaje o bien ellos fueron quienes abandonaron y deben de pagar su deuda kármica.
En lo Pre-personal, suelen ser hijos de madre soltera, sin padre, o productos de un embarazo no deseado por padre y abuelo.
En lo Biográfico o sea lo que los lleva al consultorio, son personas con un enorme sentimiento de inseguridad, odio, celos, envidia, o bien son posesivos, manipuladores, que usan el rol de victimas para chantajear, suelen ser masoquistas, e hipocondríacos.
El poder de esta esencia estriba en conectar el yo superior con el inferior y corregir trastornos de orden vincular o afectivo, trabaja el abandono en todas sus formas.
HS2. Derrumbe:
En lo Trans-personal, estos pacientes tuvieron núcleos familiares donde los miedos y el sobresalto eran o aún son cotidianos, o figuras paterna y materna carentes de carácter y cuya personalidad es pusilánime lo que lleva al sujeto a asumir disfraces.
En lo Prenatal, vivencias de un embarazo intencional para manipular, cazar al padre, lo que generará sentimientos de culpa e inadecuación que el embrión no identifica como maternos y hace suyos, condicionando una Biografía culposa, sentimientos de no merecer, experiencias de miedo, terror o pánico que lo llevan de fracaso en fracaso.
El trabajo de esta esencia se enfoca sobre la máscara Transpersonal, pero no solo la que se forma con la vida sino también la colectiva familiar, esta esencia actúa sobre esa máscara adicionando la dimensión constelar y colectiva de la máscara. Trabaja obligadamente la conexión del yo superior con el inferior. Lleva al paciente a terminar proyectos, además le brinda tolerancia, resistencia, y coraje frente a la adversidad.
HS5. Niño Santo:
En lo Transfamiliar, carencias que concluyen en esclavitud.
Karma ligado a experiencias de extra sensorialidad en relación con actividades de Sanación o curanderismo.
En lo prenatal se distingue por la falta de presencia masculina durante el embarazo.
En lo Personal carencias afectivas canalizadas a través del exceso adictivo a la sexualidad sin compromiso, perversión sexual, sadomasoquismo, desprecio por el sexo opuesto, vidas disipadas, snobismo, apatía, pereza física y mental.
Esta esencia despierta la capacidad creativa y la realización material, cubre una marcada acción preventiva y defensiva en lo relativo a enfermedades pues despierta al médico interior. Los chamanes mazatecos le atribuyen el Don de ser un magnífico Rompe-hechizos de todo tipo y maldiciones kármicas.
HS6. San Antonio:
Historia de Familias seductoras, no autenticas que prometen pero no cumplen, viven del bluff.
Deudas kármicas que obligan a seguir profesiones de servicio, médicos, sacerdotes, enfermeras, trabajo social. etc.
En lo Pre-personal, deseo de no nacer y así evitarse responsabilidades.
A nivel Personal, se traduce en gran desatención personal, anorexia, adelgazamiento sin causa, astenia, falta de arraigo, personas que creen en lo que les dicen pero no en lo que les hacen, y se viven igual, diciendo una cosa y haciendo otra, actúa en gran medida como el Derrumbe pero a niveles más profundos.
Trabaja todo lo relativo a penas de amor, heridas del alma, o penas destructoras, es excelente para manejar la adicción a cualquier tipo de drogas y suavizar los efectos nocivos de las mismas.
HS7. San Isidro:
En lo Transfamiliar, conflicto profundo con su propia historia familiar.
En lo Kármico, venganzas por cobrar o deudas por pagar- En lo Pre-personal encontramos desarraigo y rechazo a sus orígenes.
En lo Personal, dificultades para la convivencia, hastío, nadie ni nada les importa, solo ven por sus intereses pasen sobre quien pasen, a veces pisan linderos de lo antisocial.
Esta esencia despierta la compasión y el perdón, el compromiso con uno mismo y con el entorno, refuerza el deseo de vivir, por ello su gran utilidad adicional para revitalizar niños, mujeres, ancianos o personas debilitadas.
HS3. Pajarito:
En lo Trans-personal, historias familiares de chantaje y control.
Su Karma radica en la memoria de experiencias de separación.
A nivel Pre-personal, productos que vivieron episodios de amenaza de aborto accidentales o inducidos o bien, complicaciones durante 1º y 2º trimestres del embarazo.
Biografías de depresión, introversión, sobreprotección, resignación, negativismo, baja resistencia al fracaso, rabia, agresividad, y apegos enfermizos.
La esencia básicamente trabajara sobre todo lo anterior. Aborda aquello que yo soy, pero que no he realizado, es una esencia para esforzados que nunca logran el tope, quedándose siempre un paso atrás. (39)
MI EXPERIENCIA PERSONAL
Mi amigo Xavier me enseñó a recoger pajaritos y éstos me enseñaron cuáles no son pajaritos.
Justo cuando me estaba planteando la posibilidad de ir a la mítica Huahutla, llegó Xavier a Tepoztlán (donde yo vivía en aquel entonces) y me dijo que no tenía que ir tan lejos, que a menos de un kilómetro de mi casa abundaban los hongos psilocibos llamados pajaritos.
Esa misma mañana él había estado con unos chicos del DF buscando algunos en el lugar del que me hablaba. Me dijo que si aquella noche volvía a llover y por la mañana salía el sol rotundamente, podríamos ir a ver si teníamos mejor suerte. ¡Y la tuvimos! Esa noche llovió, al otro día el sol estaba rotundo y Xavier pasó por mí para irnos al Valle de Tepoztlán.
Se trataba de una explanada donde a veces había visto pastar vacas. Es una propiedad privada y está rodeada con cercas de alambre. Pasamos deslizándonos por un hoyo formado por una excavación en la tierra y una alzada en la cerca. Eso fue en junio de 1999 y esto es lo que apunté en mi diario de bitácoras de vuelo esa misma noche:
¡¡¡He estado en la gloria el día de hoy!!!
Xavier tiene razón. Estando en la naturaleza me he sentido mucho más espiritual que encerrada en el CAT [Centro de Alta Conciencia Tepozcahuic] todo este tiempo haciendo yoga y tratando de meditar. Ahora entiendo de qué me habla cuando dice que me falta "vivir la espiritualidad" en lugar de buscarla o teorizarla. Y ahora entiendo también claramente cómo es eso de la coexistencia simultánea de diferentes mundos en la Tierra de la que hablan los pleyadianos. ¡Es la locura! ¡Además los hongos me han "hablado" y según Xavier me han aceptado! ¡Estoy hiper feliz! Y también un poco confundida respecto a él...
Resulta que en cuanto penetramos subrepticiamente en el campo, Xavier, adoptando su tono de Maestro iniciando a su alumna que tanto me molesta, excepto esta mañana, claro, me dijo cuando encontramos los primeros 4 honguitos en el pasto: "Míralos bien. Estos son los pajaritos. Son pequeñitos y su tallo es muy delgadito y delicado. El sabor de la psilocibina es inconfundible y cuando los pruebes nunca más vas a olvidarlo." Me dijo que debíamos dejar siempre los más pequeños intactos para que siguieran reproduciéndose y otro día pudiéramos encontrar más en el mismo lugar. Cortó tres, me dio dos y él se quedó con uno diciéndome: "Ahora pídeles permiso y cómetelos." Así lo hice y efectivamente constaté que el sabor agrio de la psilocibina es muy peculiar. Luego me dijo: "Bueno ya están formalmente presentados, ahora vete tú sola a buscar más por allá, que yo me quedo por aquí. Pero antes de comértelos tráemelos para ver si son o no son porque ya vas a ver que aquí hay varios muy bonitos que son venenosos."
Seguí sus instrucciones y me fui. Al principio no encontraba nada, pero después de unos minutos les pedí a los honguitos que se me mostraran por favor y empecé a verlos con muchísima facilidad. Corté unos 10 más y se los llevé a Xavier. Él todavía no había encontrado nada y se sorprendió de verme llegar con tantos. Los examinó y me dijo muy sonriente "¡Vaya recibimiento! Los honguitos te han aceptado a la primera, princesa."
Obviamente me puse muy feliz y quise compartirlos con él, pero él los rechazó y me dijo que cada quien debe comerse los que encuentre, de esa forma sabe que si ese día no encuentra nada, significa que ese día no le toca viajar, y si encuentra muchos, pues es que los honguitos lo estaban esperando para enseñarle algo o para simplemente para pasar un buen rato juntos.
Psilocibe semilanceata
Psilocibe semilanceata
Yo insistí y le dejé los dos que él me había dado y luego me fui a seguir buscando. Xavier no se hizo mucho del rogar porque según me dijo, cuando ya haz comido algunos es más fácil encontrar otros.
Al poco rato supe a qué se refería porque empecé a ver a los pajaritos como fosforecentes sobresaliendo entre la hierba. Aún en las partes en las que según yo ya había buscado bien, volvía a pasar y sin ningún esfuerzo encontraba alguno fosforesciendo. Me comí entre unos 8 a 10 honguitos más. De repente encontré un hongo un poco más grande que los pajaritos y supuse que era uno muy desarrollado, le pregunte si era o no era, pensé que sí porque tenía el mismo color fosforecente que los demás, así es que lo corté pero justo cuando lo mordí sentí un increíble dolor en una muela de abajo del lado izquierdo, como si hubiera mordido una piedra con todas mis fuerzas. Escupí el hongo en mi mano pensando en que a lo mejor tenía una piedra oculta en el sombrerete o algo y quería verla, pero como pude comprobar, no era así. Entonces lo interpreté como la respuesta del hongo diciéndome que él no era un pajarito y que no me lo comiera porque era venenoso. Así pues escupí lo mejor que pude y me fui a buscar a Xavier para contarle lo que me había ocurrido.
Lo encontré sentado charlando con un hombre cuyas vacas pasataban por allí. Resultó ser un tepozteco que rentaba el lugar para sus animales. Xavier le estuvo explicando acerca de los honguitos y dijo que ahora entendía porqué "tantos chamacos" habrían hoyos y se metían a la fuerza en su terreno. Dijo que le gustaría porobarlos. Xavier le dio uno y le estaba explicando cómo diferenciarlos bien de los venenosos cuando yo llegué. Entonces conté mi caso y todos nos reímos mucho. Xavier le dijo al señor que dejara su verja sin candado y así la gente entraría sin hacerle más hoyos a la cerca. El hombre dijo que lo pensaría.
Xavier y yo nos fuimos juntos al terreno de al lado después de saltar otra horrible cerca de púas. Yo ya no busqué ni un pajarito más porque comencé a sentir náuseas, no sé si por el venenoso o por los efectos secundarios de éstos, pues ya me había comido entre 8 o 10 pares que según mis averiguaciones son la dosis media. Xavier continuaba buscando y yo lo seguía ya sin ver fosforitos. De pronto vi un hongo blanco iridiscente, verdaderamente precioso encima de una caca de vaca y le pregunté a Xavier si era un San Isidro. Me dijo que no, que este era venenoso, que los San Isidro no brillan ni son de ese color, dice que son cafés y tienen una mancha rojiza en el centro.
Él quería seguir saltando cercas de púas adentrándose más en el Valle para continuar buscando pero yo cada vez tenía más náuseas y ya quería sentarme y estar tranquila. Se lo dije y comenzamos a discutir acerca de mi aversión a las cercas y mi falta de condición física. Así es que le avisé que me iría a la cascada y me quedaría allí tranquila mientras él buscaba más. Constituyó una hazaña para mí llegar hasta allá, pero meterme bajo el chorro de agua helada fue una bendición porque enseguida se me pasó todo el malestar. Cuando llegué Xavier ya estaba allí para demostrarme su superioridad sobre el terreno, claro está. Había encontrado más pajaritos camino allá y estaba trepado en una de las paredes de la pequeña cascada. Para acabarme de humillar se puso a contarme sus hazañas de surfer en las costas de Oaxaca...
Yo lo escuchaba con atención y admiración, pero no lograba entender el significado de sus palabras que simplemente eran sonidos que se entremezclaban con el estruendo de la pequeña cascada y las voces de los pájaros que se amalgamaban en un soundtrack perfecto para acompañar el bellísimo recorrido iridiscente del agua, la coreografía de Xavier explicando sus movimientos sobre la tabla (creo) y el lento crecimiento de las plantas e incluso el todavía más lento proceso de devastación de las rocas por la acción contínua del agua.
En tal estado de arrobamiento no opuse ninguna resistencia cuando me dijo que trepáramos hasta la punta de una gran roca cercana. No sé cómo pero trepé casi con la misma agilidad que él. Al llegar arriba me dio un pequeño ataque de pánico imaginarme cómo diablos bajaría de allí; pero decidí preocuparme más tarde pues las cosas en esa pequeña cumbre eran verdaderamente paradiasiacas. La parte que daba a la montaña estaba semicubierta por árboles cuyas hojas secas habían formado mullidos lechos naturales. Por delante estaba despejado y podía admirarse buena parte del Valle.
Me tendí sobre la hojarasca y escuché a Xavier emitiendo sonidos que imitaban pájaros y otros animales hasta que creí escuchar que algunos de ellos le contestaban y entablan un diálogo de sonidos que creaba una atmósfera muy agradable. Recordé entonces un sueño que tuve hace dos meses, un par de días antes de conocerlo:
Estaba en una laguna cristalina nadando con un hombre, ambos éramos indígenas del México prehispánico, ahora no sé cómo pero entonces lo sabía perfectamente. Ambos parecíamos muy felices en el agua. Mi hermana me decía que ahora se llamaba Javier y decía que lo encontraría de nuevo.
Cuando conocí a Xavier y me di cuenta de que se llamaba igual que el nombre del sueño pensé que nada era casualidad. Y allí tendida en la hojarazca aunque realmente no sé nada de las vidas pasadas, si es que en verdad existen, sentí que efectivamente Xavier y yo éramos viejos conocidos y habíamos dejado algo pendiente que teníamos que resolver ahora. Y vi claramente qué era: nuestra mutua hostilidad defensiva que debía transmutarse en tolerancia. Declaré una tregua y creo que me quedé dormida un rato o al menos en un estado de sopor del que salí cuando él me sobresaltó al treparse en una rama.
Lo vi deslizándose y bajando por ella como cualquier mono. Una vez abajo me instó a hacer lo mismo. Yo me acerqué a la rama, me balancee, me sentí muy pesada, vi la enorme distancia que había entre la rama y el suelo, pensé que si me caía me fracturaría alguna cosa, me dio pánico la simple idea de estar allí soportando el dolor mientras alguien venía a rescatarme y por supuesto denegué la invitación. Me dirigí hacia el lugar por el que subimos pero me pareció aún más peligroso bajar por allí. Así es que me senté en el borde a rezar porque no sabía qué hacer. Xavier fue a ver qué estaba haciendo y comenzó a regañarme, a decirme que use mis brazos y mis piernas, que confíe en ellos y no intente resolverlo todo con mi gran trasero. Que estas cosas me pasan por olvidar mi cuerpo y querer vivir siempre en la mente, con mis librios, mis historias, mi computadoras y mis meditaciones. Me puse furiosa y bajé en un santiamén del puro coraje que sentí. Él estaba muy divertido diciéndome que siempre hago dramas donde no los hay por ponerme a pensar cuando lo que se requiere es simplemente actuar.
Ya iba yo a iniciar el contrataque escorpiónico que automáticamente uso como defensa contra él, o más precisamente contra el tono petulante en que siempre me dice las cosas, sean verdad, como en este caso o no, como sucede en la mayoría de los casos, je-je, pero recordé la tregua. Así es que me quedé callada y caminé en silencio. Al poco rato, mágicamente estábamos charlando y jugando sin tensión y sin hostilidades, como nunca antes lo habíamos hecho... Maravilloso recurso esto del silencio.
Llegando a la casa estrenamos la pipa de agua que me hizo Alessandro con bambú de Amatlán. Xavier se ofreció a prepararma un banquete y yo me quedé fumando mota en la cama de la habitación de arriba. Entre una cosa y otra él se asomaba para mirarme embelezado. Me dijo que me veía bellísima y radiante desde que estaba balanceándome en la rama y todo el rato me trató como si fuera yo su más preciado tesoro. Después de no comer casi nada, regresamos a la pipa de agua y nos pusimos a ver una película en la TV. Las cosas estaban tromando un cariz cada vez más romántico así es que huí despavorida. Le dije que la película era una vasca y bajé a encerrarme en mi cuarto-estudio. Él apagó la tele y dijo que tomaría una siesta.
Es la primera vez que enfrento una verdadera tentación en lo que va de mi año de celibato... Ya me falta tan poco que no quiero hechar las cosas a perder. Además me encuentro tan bien que de hecho no me importaría quedarme así otro año más. O toda la vida. Eso estaba pensando mientras jugaba con un falso zafiro azul que Xavier me regaló hace unos días. Estaba girándolo en diferentes direcciones para observar como reflejaba la luz de la lámpara en diferentes ángulos cuando de pronto ¡entré en otra dimensión! Fue como entrar a un cuadro de tercera dimensión: con los ojos entornados, y el zafiro inmovilizado en cierto ángulo. Entonces empezaron a desfilar ante mis ojos verdaderas coreografías que interpretaban figuritas esbeltas de luz azul. ¡Increíble! Verdaderamente no sé como explicarlo. Estuve así cosa de un par de minutos, luego perdí el ángulo en un movimineto y no pude encontrarlo de nuevo.
Entonces volví a pensar en Xavier allá arriba en la cama, je-je y para sublimar las energías me puse a pintar con acuarelas unas flores hermosísimas como fondo del menú que él me pidió para pagarle a la dueña de un restaurante en Amatlán que le ha fiado ya varias comidas.
Cuando terminé subí muy orgullosa a mostrárselo a Xavier. Le gustó tanto que me dijo que se lo quedaría él, que hiciera otro para la señora de Amatlán y me preguntó qué estaba sintiendo mientras lo pintaba.
Le expliqué que estaba muy feliz y agradecida con él, que precisamente había estado pensando que durante los seis meses que viví en el CAT en Amatlán y los meses que llevo aquí en Santiago no me había enterado de que hubiesen hongos psicoactivos en Tepoztlán (y hay muchos más en Amatlán, según me aseguró) porque estaba moviéndome en círculos donde los psicoactivos simplemente no tenían lugar. Nadie los consumía, nadie hablaba de ellos, nadie pensaba en ellos, y por supuesto nadie los deseaba.
Le dije que con eso comprobaba plenamente lo que explican los pleyadianos acerca de la coexistencia de mundos paralelos dentro de la Tierra a los cuales accedes mediante el puro enfoque de tus deseos y creencias.
Xavier y yo en Amatlán
Ahora que he salido de los círculos donde los psicoactivos no existen, ahora que he retomado mi investigación y que he deseado comer hongos y he creído que era posible, he atraído a mi campo de experiencia la llegada de Xavier que viene a notificarme que todo este tiempo he estado viviendo en una zona llena de pajaritos...
O sea que sobre la faz del mismo planeta, en un mismo tiempo y lugar determinado, puedes estar en el mundo que elijas estar y lo único que te separa de tus deseos es una creencia. Dicen los pleyadianos que puedes experimentar vivencias terroríficas o beatíficas, de violencia o de paz, de abundancia o de carencia, de odio o de amor, de oscuridad o de luz en el mismo tiempo, espacio y lugar dependiendo de las experiencias que atraigas a tu campo vital en función de lo que deseas y esperas del mundo debido a tus creencias.
Ellos sugieren que si hay algo en tu experiencia que no te guste, antes de quejarte, sentirte la víctima, o emprender cualquier tipo de acción para erradicarlo o cambiarlo, primero tienes que identificar a qué creencia responde aquello que te molesta o que simplemente no te está provocando felicidad y cambiar entonces la creencia para que cambie tu experiencia.
Xavier y yo estuvimos platicando sobre eso un rato hasta que la plática se convirtió en discusión, la tregua se rompió y reanudamos las hostilidades.
Él comenzó cuestionando la deseabilidad de cambiar las realidades de violencia, dolor, muerte y destrucción. Dice que son parte de la vida y están aquí para ser experimentadas. Yo digo que están aquí para ser trascendidas, que no es necesario experimentarlas si te provocan dolor y sufrimiento y que si los pleyadianos y los Maestros ascendidos nos están dando todas las herramientoas para alejarnos de tales realidades hemos de utilizarlas...
Y así llegamos de nuevo al punto conflictivo de cómo percibimos la espiritualidad cada uno. Según tengo que experimentar en carne propia la oscuridad tanto como la luz para integrarlas, pues sólo así podré llegar a la iluminación (lo cual él duda que sea verdaderamente deseable). Según yo la luz es ausencia de oscuridad y la iluminación consiste precisamente en escapar de la oscuridad, pues sólo así puedes llegar a vivir en el éxtasis y la felicidad absoluta 24 horas al día y me parece que no hay nada que pueda ser más deseable.
Él me quiere convencer de sus creencias y yo quiero convencerlo a él de las mías. Y el resultado es tensión y hostilidad. Tanta que él se fue a Amatlán sin su acuarela y yo estoy aquí sola con mi computadora... Y mi cerebro... Pensando... ¿Cuál es la creencia que me está ocasionando esta experiencia de intolerancia con Xavier?
Veamos: Aquí hay un componente de inseguridad muy fuerte, en ambos, porque es evidente que cada uno quiere tener la razón para sentirse seguro de estar creyendo y haciendo lo correcto en su vida. Y ambos creemos que solo hay una razón y que ésta, o la tengo yo, o la tiene él, y por consiguiente el otro está equivocado y está haciendo lo incorrecto con su vida. Por eso es que defendemos nuestras posiciones frente al otro tan radicalmente, porque siempre estamos defendiendo mucho más que una opinión, estamos defendiéndonos el uno del otro en cada fricción, en cada leve desacuerdo... ¿Y qué tal si los dos estamos equivocados? ¿O si los dos tenemos razón? ¿O si éstas no son las preguntas que debo plantearme?
¿Cuál es mi creencia subyacente?
Que Xavier quiere que cambie las ideas que me dan seguridad por ideas que me parecen absurdas y me dan miedo. Que Xavier me está atacando. Que tengo que defenderme de Xavier. ¡Eso es! Que tengo que defenderme de Xavier. Pero ¿por qué?
Bueno, ya tengo en qué pensar esta semana... mientras Xavier actúa escalando los cerros de Amatlán como buen dragón acuariano... Ja. ¿Acaso no podríamos pensar juntos en la cima de una montaña? ¿Qué creencia he de adoptar para que esto suceda?
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